La Federación Galega de Caza -que agrupa al 90% de los tecores gallegos- explica a Europa Press que, con fecha de 30 de abril, aún no había recibido ninguna petición para realizar estas actuaciones. Estima que comiencen a ser necesarias a partir del 15 de mayo por el inicio de la siembra de maíz, debido a que "es unos de los daños más importantes que hace el jabalí en zonas como O Deza y Terra Chá".

El pasado lunes, el Diario Oficial de Galicia (DOG) publicó una edición especial en la que se recogía el acuerdo de la reunión del 25 de abril del Centro de Coordinación Operativa (Cecop), por el que la Xunta autoriza la actividad cinegética excepcional por daños agrícolas o accidentes de tráfico, tras la instrucción del Ministerio de Agricultura en la que reconoce a las comunidades esta potestad.

Los cazadores seguirán un protocolo especial por el coronavirus, que se traslada a todas las sociedades de cazadores, que incluye medidas como desplazamientos individuales en los vehículos, más allá del habitual distanciamiento que se sigue por seguridad con el uso de emisoras sin estar en contacto.

Asimismo, la Federación Galega de Caza apunta que, como paso previo a las batidas, se puede aplicar otra medida de control como son las esperas, por las que solo un cazador se desplaza hasta la parcela en la que provoca daños el jabalí para abatirlo. Además, indica que a partir del 25 de mayo se entraría en una nueva fase de desescalada en la que "sí que estaría permitida la caza de forma más genérica".

LA XUNTA REMARCA QUE SERÁN ACCIONES "PUNTUALES"

Por su parte, la Consellería de Medio Ambiente traslada a Europa Press que estas batidas, con autorización previa, solo serán "puntuales" y "de forma excepcional".

Deja claro que, "igual que en circunstancias normales, tienes este recurso en el caso de que, en determinada comarca, dos o tres ganaderos constaten que los jabalís mataron a equis terneros o que están plantando maíz y destrozan el inicio de la cosecha".

El procedimiento de autorización de estas batidas se hace como en circunstancias normales. Una vez informados los daños, se notifica a la jefatura territorial, que es la que abre expediente y hace las verificaciones pertinentes, antes de autorizar o no la acción de caza, "siempre en coordinación con los tecores de la zona que se trate".

Los cazadores fueron uno de los colectivos cuya actividad quedó paralizada por la entrada en vigor del estado de alarma. Ahora la Xunta se ha puesto en contacto con la Federación Galega de Caza para la futura organización de actuaciones, al volver con "condiciones diferentes a la situación anterior".

Por ello, las comunidades trasladaron esta petición al Ministerio, porque era "previsible que esas circunstancias se siguiesen dando, no porque se recibiese un aluvión de peticiones, sino que es una casuística que se tiene que dar".

Y si se produce ese escenario, "necesariamente la administración tiene que poder actuar como en circunstancias normales, igual que en otros servicios que se siguen manteniendo aunque se esté en estado de alarma", incide la Consellería de Medio Ambiente.

El hecho es que el jabalí por su propio comportamiento en grupo "no es fácil de identificar como podría ser el caso del lobo, que sí que se mueve por manadas y por zonas muy concretas". "En cambio, el jabalí no, por eso con tanta frecuencia se puede ver de forma imprevista cruzando carreteras o deambulando por zonas habitadas en la búsqueda de alimento", detalla este departamento.

"No hay un censo como tal o un mapa de dónde pueden estar localizada la principal presencia del jabalí". Por ello, Galicia y otras comunidades requieren al Gobierno central que elabore ese mapa.

Con todo, hace unos meses se declaró la emergencia cinegética en varias comarcas gallegas, que abarcan a 33 ayuntamientos, con base en daños en esas zonas y avistamientos reiterados.

RECLAMACIÓN DE AGRICULTORES

En las últimas semanas agricultores y organizaciones como Unións Agrarias han mostrado su "preocupación" por la "notable presencia de jabalí al pie de casas y de cultivos" tras haberse reducido la presencia humana en el agro como consecuencia del confinamiento.

El sindicato agrario demandaba una "actitud proactiva" de administraciones y tecores ante el inicio de la campaña de siembra de maíz en mayo, que llega de forma escalonada en las diferentes comarcas productoras. Además, pide "eficacia y agilidad" en las ayudas por daños de animales salvajes.

UU.AA. cifra en más de 14 millones de euros al año los daños que provoca el jabalí en la agricultura en Galicia, mientras resalta que provoca de media hasta siete accidentes de tráfico al día en las carreteras.

RECHAZO DE ECOLOGISTAS Y ANIMALISTAS

Enfrente, asociaciones ecologistas y animalistas se oponen a esta medida de mantener la actividad cinegética durante el estado de alarma.

Adega censura que el sector de la caza aprovecha el confinamiento para "crear sensacionalismo sobre una supuesta invasión de la fauna salvaje" mediante avistamientos captados o filmados en zonas urbanas, pero los reduce a "anecdóticos".

Además, remarca que Galicia es una comunidad rica en biodiversidad, por lo que "lo normal" es convivir y cruzarse con fauna salvaje. "Durante el confinamiento no hubo una explosión de fauna, ni invasión de esta en zonas pobladas ni un comportamiento anómalo de los animales", deja claro. "Se debe decir con rotundidad que no acontece nada fuera de lo normal con la fauna salvaje", apostilla.

Así, tacha de "disparate" que Xunta y Gobierno central autoricen la continuidad de la caza durante el confinamiento, pues "no existen motivos" para considerarla una actividad esencial, dado que la población de jabalí "no está descontrolada, sino que carece de gestión" como "en los últimos meses y años".

En esta línea, la entidad animalista Libera también censura que la Xunta abogue por las cacerías por daños durante el estado de alarma "sin entender el riesgo sanitario que conllevan". Además, reprocha al Gobierno gallego que "aprovecha" el confinamiento para "seguir subvencionando" al "lobby" de cazadores.