El informe del Defensor del Menor de Andalucía de 2007, debatido ayer en el Parlamento andaluz , desvela que los niños carecen de espacios públicos de ocio para jugar y reunirse.

José Chamizo, Defensor del Menor en Andalucía, explicó que aunque se están haciendo más parques infantiles en los últimos años, el número de espacios resulta todavía muy reducido, lo que provoca que los menores se encierren en su habitación frente al ordenador; y muchas veces «ahí es donde empieza el problema».

El Defensor del Menor y Defensor del Pueblo Andaluz aprovechó para recordar la importancia del juego en los niños a fin de «entrar en contacto con los otros, con la naturaleza y la sociedad, para aprender y adquirir conocimientos».

Sin embargo, el informe desvela que el juego libre y espontáneo de niños y niñas sufre cada vez más restricciones: la población urbana dispone de espacios muy limitados, las viviendas son cada vez más pequeñas y la calle ya no se considera un espacio idóneo para jugar por la sensación de inseguridad.

Parques en mal estado

Ante esta situación Chamizo solicita a los partidos mayor esfuerzo para invertir las políticas de urbanismo de municipios y ciudades andaluzas que a su juicio «no tienen en cuenta las necesidades del menor», ya que muchos de los parques infantiles están en mal estado, en algunos casos abandonados, y muy pocos cumplen la normativa referente a seguridad.

Al respecto, Jose Manuel Mariscal, parlamentario andaluz por IULV-CA, advierte del problema de la «privatización de espacios públicos» y la creación de «ludotecas privadas». Por su parte, la popular Amelia Palacios reclama políticas «que impulsen nuevos y mejores» sitios para los niños, mientras que la portavoz socialista, Ana María Tudela, reconoce que, a día de hoy, no nos sobran estos espacios en los pueblos y ciudades de Andalucía.

Acoso por Internet

Junto a la falta de espacios en la calle para los niños, el otro asunto más destacado en la memoria es el «emergente» fenómeno del ciberbullying entre los jóvenes.

El Defensor del Menor andaluz explica que cada vez aparecen más casos en los que grupos de chavales denigran públicamente a otros a través de imágenes con el móvil para después poner en circulación en Internet. Las víctimas suelen acarrear graves problemas psicológicos.