José Luis Borau, de 79 años, presentó en Valladolid la fundación que lleva su nombre con el propósito de que sirva para apadrinar a "futuros directores y guionistas".

La Fundación ha concedido ya tres becas consistentes en un año de estancia en la Residencia de Estudiantes de Madrid porque alguien que se dedica al cine "debe tener una cultura amplia, no sólo cinematográfica".

Durante el acto, Borau permaneció flanqueado por dos patronas: Ana Arrieta e Icíar Bollaín. Esta segunda destacó el carácter "único" de la institución. "El cine español no contaba con nada igual", dijo, y remarcó que la actitud del veterano director ha estado siempre marcada por el apoyo a los que empiezan: "Él tiene muy claro que, si no hay juventud, no hay futuro".

El propio José Luis comentó su malestar cuando aprendía cine, de joven y "ningún profesor contaba con alumnos para películas". Él se prometió que si alguna vez tenía poder de decisión, las cosas cambiarían.

Además, está convencido del valor formativo de las escuelas: "Son necesarias siempre. Un autodidacta se puede tirar diez años para llegar adonde se puede con una buena clase. Pasó el tiempo de los ‘naifs' y los pioneros. El cine se aprende, como todo, en la pizarra". Y pasa a confesar: "Jamás habría sido director de cine de no ser por las escuelas. No tenía talante ni paciencia".

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