El miedo de los propietarios a que sus inquilinos no les paguen les lleva a buscar todo tipo de fórmulas para evitar complicaciones.

Una de las que más se está extendiendo es la garantía de alquiler, un contrato blindado que protege de impagos.

En solo un año las viviendas sujetas a estos documentos se han duplicado, pasando de 2.200 en noviembre de 2007 a 4.500 en la actualidad. Son datos de la Corte de Arbitraje, organismo que tramita este tipo de contratos.

Según aseguran desde esta asociación, el incremento de los alquileres antimorosos también ha logrado reducir los pleitos relacionados con los arrendamientos en los juzgados asturianos «un 10,6%».

Menos conflictos

Esta reducción de la conflictividad coincide con los últimos datos publicados por el INE. De los 859 pleitos contra inquilinos registrados en 2006 se pasó a 813 el año pasado.

Pero no sólo los propietarios están protegidos. También los inquilinos pueden exigir que se respeten sus derechos y usar este contrato para reclamar, por ejemplo, el arreglo de goteras, evitar que les echen antes de que venza el contrato de alquiler o pagar subidas de la renta por encima del IPC.

De todas formas, son pocos los inquilinos que llegan a denunciar a sus caseros ante la Corte de Arbitraje. En Asturias de momento no se ha dado ningún caso.

De las 145 reclamaciones que en 2007 tuvieron que llegar a un proceso de mediación por falta de acuerdo entre las partes, todas fueron por incumplimiento de los inquilinos.

Concretamente, el año pasado en el Principado se contabilizaron 136 procedimientos arbitrales por impago del alquiler, cuatro por daños en la vivienda y tres más por no hacer frente al pago de suministros como el agua, la luz o el gas.

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