Este singular premio consiste en la entrega a los cofrades de un rosco de pan de anís y unas almendras garrapiñadas además de limonada para que puedan reponerse del esfuerzo realizado durante todos los actos penitenciales que este año no se han podido realizar.
De este modo, el sonido de los cohetes, el repique de campanas y el reparto de esos panecillos, almendras y limonada suele anunciar cada año la Resurrección de Cristo.
Declarada de Interés Turístico Internacional, la Semana Santa de Palencia, se caracteriza por su sobriedad y por su solemnidad y está llena de tradiciones, de devociones y de silencios rotos por el sonido de "el Tararú", otra de sus señas de identidad que identifica las paradas y reanudaciones de la procesión mediante cornetas y un coro de niños que este año también ha sido suspendido.
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