"Antes de beber no hay entrada, y después de beber no se puede entrar". Ésta es una de las conclusiones a las que llega un estudio sobre adolescentes coruñeses y botellón que, en palabras de los participantes masculinos, se traduce en "intentamos ligar, pero ellas cuando están bebidas no se dejan".

Frases así ha escuchado la psiquiatra Rosa Rey, psicóloga clínica del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) mientras realizaba un estudio con 36 jóvenes de 15 y 16 años (24 chicas y chicos) para acercarse al fenómeno desde la perspectiva juvenil.

"No es extrapolable a toda la población joven, pero sí da mucha idea de las pautas de comportamient0", explica la responsable. A los protagonistas se les propusieron varios ejercicios para que intentasen describir un botellón. Y las primeras conclusiones no se hicieron esperar: desde que los chicos ‘aguantan´ más (y que también son los que protagonizan más comas etílicos) hasta que bebiendo en la playa están mejor "porque nadie les pone límites". También queda patente que saben que molestan y ensucian, pero que son pocos los que limpian los restos de la reunión.

El trabajo también sirvió para constatar que los menores "cada vez empiezan a beber antes", según Rey, y ya lo hacen antes de cumplir los 13. Además, lo alarmante, dicen los expertos, es que "cada vez lo hacen de manera más desproporcionada".

La psicóloga, que presentó su estudio en unas jornadas organizadas por la asociación contra la droga Antonio Noche, resaltó que sus colegas ya tienen pacientes "que beben cuatro tequilas antes de ir de botellón a Méndez Núñez". Sin embargo, los jóvenes "no son tan inconscientes e incluso los mayores critican a los más pequeños, los que más beben". No hay recetas para acabar con las adicciones, dicen los expertos, pero sí un camino: educación.

La ley, en manos del Ayuntamiento

El anteproyecto de ley que prepara la Xunta para, entre otras cosas, hacer frente al botellón ya ha recibido alegaciones de 50 colectivos. Víctor Pedreira, subdirector de Saúde Mental del Sergas, afirmó que el texto prohibirá el consumo de alcohol en la vía, pero dejará en manos de los ayuntamientos decidir los días y lugares en que se podrá beber en la calle, con lo que la ley podría no obligar expresamente a acabar con el botellón en Méndez Núñez. Pero la Xunta confía en que se "respete la esencia de la norma".

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