No va a ser la única cita tradicional del Viernes Santo logroñés que no se va a poder llevar a cabo. La Cofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores en la mañana del Viernes Santo es la primera en ponerse en marcha a las nueve de la mañana.

Este año no podrá acudir a la ermita del Cristo del Humilladero la imagen de Nuestra Señora de los Dolores a hombros de los cofrades mientras se reza el vía crucis.

El tradicional vía crucis que se reza la cofradía del Santo Cristo de las Ánimas por la mañana en la Imperial Iglesia de Santa María de Palacio este año no podrá celebrarse. Tampoco el traslado de la imagen titular a la Concatedral de la Redonda para la posterior procesión general de la tarde.

Año muy especial para esta cofradía. Se cumple el 50 aniversario de la fundación de la misma y el 75 aniversario de la primera salida procesional del Santo Cristo de las Ánimas por las calles de Logroño.

El estilo es manierista; es decir, a medio entre los sobrios y elegantes crucificados del Renacimiento y el efectismo dramático de nuestra imaginería barroca.

Cristo aparece muerto, con los brazos tirantes y las piernas montando una sobre la otra dejando un clavo para los dos pies, la boca abierta por la extenuación y los ojos entornados y tristes.

Su cabeza un tanto ladeada y caída hacia adelante, se comunica con el fiel que la contempla desde los pies. La estructura del cuerpo desnudo describe la "s" típica de Manierismo, que dota a la figura de una pose retorcida y elegante.

Arnao de Bruselas lo talló para el calvario del retablo de la Asunción en la iglesia de Palacio a mediados del siglo XVI. Una vez tallada la imagen en madera de cedro, termina la labor del escultor y comienza la del dorador.

Los artesanos logroñeses del siglo XVI Francisco Hernández y Pedro Ruiz se encargaron de dorarla, así como el resto del retablo. Después de poner una capa de yeso con cola que recubre las grietas de la madera y corrige posibles errores de talla, se fija y pule la superficie y se procede a pintar.

MAGNA PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO.

Hoy era el día en el que los cofrades de Logroño miran temerosos al cielo para saber si van a poder salir a la calle a realizar la procesión o si las inclemencias del tiempo lo impedirán. Pero en este 2020, los cofrades miran al cielo y saben que no podrán salir. Reencuentros, lágrimas, sentimientos, fotografías...este año no se verán en la Plaza del Mercado, tendrán que esperar.

Para todos los logroñeses, quizás sea esta, la procesión con más tradición dentro de nuestra Semana Santa. Podemos decir que desde que se funda la Hermandad de la Pasión y el Santo Entierro (actual Hermandad de Cofradías) en 1940, se trató de realzar esta procesión y allá por el año 1943 llegaron a participar en ella miembros de la división azul llegados de combatir en Rusia, formados en piquete de honor con banda decornetas.

Logroñeses y visitantes se animan a presenciar arremolinados en torno al recorrido por las calles del Casco Antiguo de Logroño, la procesión del Santo Entierro, la más multitudinaria de la Semana Santa de la capital riojana, en el que participan las once cofradías de la ciudad portando sus diferentes pasos y haciendo una recreación de la Pasión de Nuestro Señor.

El recorrido de cada cofradía se extiende durante dos horas y media, pero desde que sale la primera hasta que llega a su destino la última, pasan alrededor de cuatro horas.

Los pasos que participan en esta procesión son la Oración en el Huerto de los Olivos, la Flagelación de Jesús, El Encuentro, María Magdalena, Jesús Nazareno, Cristo de las Siete Palabras, Santo Cristo de las Ánimas, Descendimiento de Cristo, Nuestra Señora de la Piedad, Santo Sepulcro y Nuestra Señora la Virgen de la Soledad.