Según las explicaciones aportadas por la empresa a los pasajeros, el primer retraso en el vuelo 561 de la compañía Air Madrid se produjo porque el avión en el que tenían que embarcar no había tomado tierra en Barajas.

Cuando los pasajeros subieron el aparato y estaban preparados para el despegue se les comunicó que los aseos estaban estropeados, motivo por el que sufrieron un nuevo retraso.

A pesar de ser conminados a abandonar la aeronave por la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, los pasajeros se negaron, lo que provocó el motín a bordo.

Alrededor de 20 horas después del horario inicialmente previsto por la compañía, la aeronave despegó con destino a Lima.