Al ser avisados por los vecinos de que dos personas estaban dentro juntas, a pesar de las medidas decretadas por el estado de alarma, los agentes acudieron y, tras acceder, escucharon y vieron cómo la pareja estaba golpeando una de las puertas de la planta primera repetidamente.

Cuando los policías les interrumpieron y les preguntaron por el motivo de estar juntos incumpliendo las medidas de limitación de libertad de movimientos, respondieron que "estaban pidiendo para comer, que si iban a ser ellos los que les dieran y que iban donde querían, igual que los policías iban donde les daba la gana, por lo que no tenían derecho a decirles nada", según fuentes de la Comisaría Provincial.

Además, junto al "tono despectivo y desafiante" con el que estaban hablando, los dos se encararon con los agentes "a escasos centímetros de sus caras y sin que llevaran puesta medida alguna de protección".

Después de que los agentes les pidieran "reiteradamente" que abandonaran el lugar, se negaron a dejar la zona y comenzaron a insultarles, por lo que fueron detenidos, a pesar de que mostraron oposición a la policía.