La lluvia ha inundado varios pueblos, cortado vías y atrapado a conductores en Cheste, Buñol y Millares registrando en una hora hasta 40 litros por metro cuadrado. La alerta naranja por lluvias muy fuertes decretada en la Comunitat presagiaba las típicas riadas de octubre, y los peores augurios se cumplieron.

Las previsiones de lluvia continúan para este martes, según la Agencia Estatal de Meteorología. Podrían ir acompañadas de tormentas en la zona de Levante e incluso ser fuertes.

La zona más afectada fue la comarca de La Hoya de Buñol, en Valencia, donde los intensos chubascos caídos en apenas una hora cortaron carreteras, atraparon a conductores y casi desbordan el barranco que atraviesa Chiva. La vía que une Cheste con Gestalgar tuvo que ser cortada por la presencia de agua, y al mediodía el granizo dificultó la circulación por la autovía de Madrid.

En esta última población, el barranco que atraviesa la localidad estuvo a punto de desbordarse, aunque fuentes de la Policía Local confirmaron a 20 minutos a última hora de la tarde que la situación había sido controlada.

En Buñol, algunas calles quedaron anegadas por la lluvia, igual que en la playa de Bellreguard, cerca de Gandía. El récord de precipitaciones se lo llevó el municipio de Millares, con 43 litros por metro cuadrado en apenas una hora, hecho que obligó a cortar la carretera CV-383.

La tromba se ceba con los cultivos

Las inundaciones ocasionadas por las fuertes lluvias del pasado sábado han provocado daños en las hortalizas de Benicarló (Castellón). Según fuentes del sindicato La Unió, los destrozos se centran en la rotura de infraestructuras agrarias y la dificultad de acceso a los campos por la gran cantidad de agua embalsada. "Llueve sobre mojado y no sabemos cuántas inundaciones más vendrán. Hay que actuar ya por las pérdidas", afirmó el secretario general, Josep Botella.

En tan solo unos minutos la carretera de acceso a Benicarló quedó completamente anegada. Algunos turismos se vieron atrapados por la riada y muchos de sus ocupantes salieron de ellos en brazos de los bomberos.

Una treintena de personas fueron rescatadas de sus vehículos y no tuvieron más suerte aquellos a los que la tromba sorprendió a pie.

Los peatones tenían quesortear las olasque se formaron en la calle. Las zonas con riesgo de inundarse se llenaron de agua y los bomberos realizaron casi un centenar de salidas. Son algunas de las consecuencias de los más de 200 litros por metro cuadrado que cayeron en algunos puntos de Castellón durante el fin de semana.

Además, la madre que perdió este fin de semana a su bebé de siete meses en una de las trombas de agua, ha declarado que no pudo hacer nada por salvar la vida de su hijo.