El sacerdote irlandés, conocido como el "cura cazapederastas", se dedica desde hace más de 30 años a la lucha contra la prostitución infantil, especialmente en Filipinas, desde la Fundación PREDA, que él mismo fundó en 1974, y estos días ha recogido en Barcelona el Premio Internacional de la Solidaridad.
Con su experiencia acumulada dice que "en Filipinas los propietarios de los clubes donde explotan menores son europeos, australianos, japoneses o coreanos, que actúan bajo protección policial", mientras que "los clubes más pequeños son directamente propiedad de policías".
La corrupción policial dificulta la lucha contra la prostitución infantil, porque "para llevar a cabo actuaciones de rescate de niños atrapados en redes mafiosas es necesaria la colaboración policial".
Difícil juzgar a los pederastas europeos
Pero los problemas que acarrea la corrupción policial van más allá de las fronteras de los países de destino de los turistas sexuales, porque la protección que ejercen los policías sobre los proxenetas dificulta que los pederastas europeos sean juzgados en sus países de origen.
Según la red contra la explotación sexual comercial de niños ECPAT, resulta muy difícil probar las acusaciones contra los turistas sexuales españoles que utilizan la red internacional de prostitución infantil, porque para ello es necesaria la colaboración entre las fuerzas policiales españolas y las del país donde se realiza el delito.
En la lucha contra la corrupción policial en Filipinas, Cullen se siente impotente "porque está implicado el Gobierno", pero últimamente ha visto una posible línea de actuación dentro de sus posibilidades: "las mujeres policías".
"En Filipinas hay al menos una mujer en cada comisaría, y ellas son muchos más sensibles al tema que los hombres, de hecho los hombres ven las niñas como mujeres guapas, y son incapaces de entender su sufrimiento", ha dicho el sacerdote.
Por esta razón, la fundación que dirige ha organizado seminarios en diferentes localidades de Filipinas para informar a las mujeres policía de cuál debe ser su función en la lucha contra la prostitución infantil.
"El papel de estas mujeres puede ser esencial en el rescate de niños", ha explicado Cullen.
"Los proxenetas dicen que las niñas sólo sirven copas en los clubes, pero si vas a uno y te haces pasar por un cliente puedes observar que no es verdad", según Cullen.
"El segundo paso es presentar una denuncia y acudir acompañado por un miembro de la policía y asistente social del gobierno, pero en este punto las redes de corrupción policial suelen avisar al club y cuando llega la comitiva no encuentras a ningún niño", añade.
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