La autopsia practicada a José Luis Viéitez, que fue apuñalado hace dos años en la zona de Churruca, en Vigo, desveló que las heridas que recibió se efectuaron con al menos dos armas blancas diferentes, debido a la morfología de las lesiones, tal y como explicaron hoy las forenses que realizaron dicha autopsia en la vista que se sigue contra Carlos Enrique M.G., John Harby B.M., y Carol Viviana B.M. por este crimen, en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra.

Estas peritos, que también hicieron la evaluación psiquiátrica de los acusados, con resultado de ausencia de alteraciones psíquicas, explicaron que la víctima recibió varias heridas incisas aunque superficiales en las costillas, otras dos heridas incisas en la espalda, una en la región izquierda del pecho, varias escoriaciones en el tórax y el antebrazo (que se corresponden con heridas de defensa) y una herida inciso-contusa en el cráneo.

Las forenses explicaron ante el tribunal que las heridas sufridas en la espalda y en el pecho se realizaron con uso de "gran energía", y que por tanto no fueron casuales. Así, declararon que uno de los ataques por la espalda, topó con el hueso escapular y lo fracturó, y la otra herida afectó a los pulmones y a la vena pulmonar; mientras que el pinchazo en el pecho llegó a dañar varias zonas del corazón.

En el caso de esa lesión en la región pectoral, la herida iba acompañada de marcas de la guarda de un cuchillo o navaja, lo que indica que el agresor hundió toda la hoja, de entre 7 y 8 centímetros, en el cuerpo de la víctima. Las forenses diferenciaron esta marca de las heridas de la espalda, que tuvieron que ser realizadas con un arma de "como mínimo 10 centímetros de filo", por lo que concluyeron que José Luis fue atacado con al menos dos armas blancas distintas, además del golpe que sufrió en la cabeza, compatible con el botellazo que Carol Viviana reconoció haberle propinado.

Según el informe forense, la víctima, que logró sobrevivir unas 14 horas tras ser agredido, tuvo una "muerte violenta" como consecuencia de una hemorragia masiva o shock hipovolémico, resultado de las heridas por arma blanca que presentaba. Dicho informe también precisa que las lesiones que afectaron al pulmón y al corazón ya son, por sí mismas y de forma aislada, "potencialmente mortales".

Pruebas de ADN

En la sesión de esta tarde también prestaron testimonio los peritos que analizaron la sangre hallada en la calle Rogelio Abalde, donde se cometió el crimen, así como las prendas de la víctima y de los tres acusados, y el cuchillo que la Policía encontró en una papelera próxima al lugar de los hechos.

Con respecto a las manchas halladas en la calle, y que dibujaban dos rastros, uno que daba la vuelta a la manzana, y otro que se perdía en otra calle próxima, los peritos confirmaron que coincidían con el perfil genético de Carlos Enrique. De hecho, él mismo reconoció en el juicio que había resultado herido en una mano al arrebatarle una navaja a Carol.

Los especialistas de Policía Científica no hallaron restos con el perfil genético de los acusados en las ropas de la víctima, aunque sí se encontraron restos de dos varones anónimos en la sudadera de John Harby. Asimismo, no había evidencias de sangre en un cuchillo que la Policía encontró en una papelera, a pocos metros de donde se cometió el crimen, cuyas características tampoco se corresponden con las heridas mortales que recibió José Luis Viéitez.

La sesión se reunirá mañana con la presentación de los informes finales de las partes, que hoy ya introdujeron algunas modificaciones. Así, la defensa de Carlos Enrique Mena, precisó que su patrocinado actuó llevado por un estado de "agitación mental" agravado por su juventud, el dolor de la herida de su mano y el miedo; el abogado de Carol Viviana B.M., que inicialmente pedía su libre absolución, reconoce un delito de lesiones, y pide una pena de 3 meses de cárcel, con la aplicación de las eximentes de alteración psíquica y legítima defensa, y los atenuantes de arrebato, confesión, miedo insuperable y dilaciones indebidas.

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