Mis antepasados procedían de Sudamérica, pero yo nací aquí. Todavía no he aprendido a hablar, pero soy muy gritón. Le pongo interés a eso de las palabras, un día cogí un diccionario y a picotazo limpio me comí algunas, pero el sonido no me sale. En casa me quieren mucho porque soy afectuoso y me encanta que me acaricien, aunque si hay una persona a la que no conozco le pico para asustarle. Muchas tardes, cuando Paula vuelve del colegio, nos ponemos juntos a ver la tele y a comer pipas. Si me dejan fuera de la jaula, me doy mis vuelos por la casa y hago gimnasia en el suelo. Hay que mantenerse en forma.