Se trata de un aparato que incorpora en el salpicadero del coche un alcoholímetro digital que está conectado al motor. De esta forma, si el conductor da positivo en la prueba, el coche no arraca y tiene que esperar para poder continuar el viaje. "El sistema también permite llevar un control del conductor y saber todas las veces que ha intentado conducir bebido", explicó a
Costará entre 1.200 y 2.000 euros
Aún no hay fecha oficial para la implantación de esta medida en España, pero su uso "podría evitar 115 muertes al año en accidentes de tráfico y más de 200 heridos graves", según un estudio de Fitsa que analiza los países donde ya se ha instalado la norma, como Estados Unidos, Canada, Suecia, Noruega y Finlandia.
El aparato cuesta entre 1.200 y 2.000 euros y, y aún no se sabe si correría a cargo del Estado.
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