Escif contrapone las "pulsiones de la creación y la destrucción" en una muestra en el Centre del Carme

El artista urbano Escif inaugura este jueves en el Centre del Carme la muestra 'Qué pasa con los insectos después de la guerra' con la que contrapone las "pulsiones de la creación y la destrucción" y retrata "la continuidad de los ciclos, la vida tras la muerte". Se trata de una reflexión sobre la idea de impermanencia que sirve de contrapunto a su proyecto ganador para la Falla grande municipal de 2020, que lleva por lema 'Açò també passarà'.
Escif presenta en el Centre del Carme 'Qué pasa con los insectos después de la guerra'
Escif presenta en el Centre del Carme 'Qué pasa con los insectos después de la guerra'
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Escif presenta en el Centre del Carme 'Qué pasa con los insectos después de la guerra'

Escif ha presentado este jueves la selección, que podrá verse hasta el próximo 26 de abril, junto al director del centro, José Luis Pérez; el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset; y la comisaria de la muestra, Teresa Juan.

La exposición se articula mediante dos espacios, en la Sala Dormitori, compuesta por las esculturas y los grandes trazos, además de las propuestas audiovisuales sobre entornos en conflicto como Gaza y Alepo, y el mural exterior en la pared que recae a la calle Blanqueries.

Con ella, el artista callejero confronta el silencio y ruido de las fallas y de un museo para elaborar "un diálogo entre la pulsión de creación y destrucción que subyace a todas las propuestas del mundo".

De este modo, ha resaltado la dualidad que supone "el símbolo de paz, tranquilidad y silencio" que representa la mujer meditando que centra su proyecto para la falla, en el "centro del ruido del planeta que es la Plaza del Ayuntamiento en marzo", con esta exposición, que plantea en "el templo de silencio que es un museo, plantar un concierto ruidoso de jardín mecánico, que es una reflexión sobre la guerra".

"TODO ES IMPERMANENCIA"

En ese sentido, ha apuntado que esta mujer meditando, aunque apenas sea perceptible, irá girando 360 grados en 24 horas, lo que evidencia "lo efímero" que caracteriza a las Fallas y atestigua también "la ley universal de la naturaleza de que todo es impermanencia".

De este modo, si con el lema de la Falla se profundiza en esta ley de la impermanencia, con la exposición "se incide en cuál es el motor que hace posible que ese movimiento perpetuo cubra todo el Universo, que es la polaridad entre dos opuestos, entre el Polo Norte y el Polo Sur, las pulsiones de creación y de destrucción, el yin y el yan, el amor y el miedo, lo femenino y lo masculino". "Todos estos opuestos se conjugan y hacen que el movimiento sea constante", ha señalado.

La exposición se inicia con un vídeo que proyecta los horrores de la guerra de Alepo y Gaza que rige el movimiento de las esculturas de este jardín articulado. Así, cada vez que nace un niño en Gaza una escultura se mueve. Y nacen 144 niños cada día. "Es un símbolo de resistencia, pero también de esperanza este territorio asediado, que tiene el cuarto mayor índice de natalidad del mundo", ha comentado.

Por su parte, en el exterior del museo ha instalado un mural que completa la exposición, bautizado como 'Fantasía floral', que recrea la pulsión de creación que sintió el dictador Francisco Franco, que puede atribuirse a "una pulsión de la destrucción", cuando en un "momento de poesía coge los pinceles de la persona que le está retratando y comienza a pintar su primer óleo, que se denomina igual que este mural.

Con esta propuesta, ha aclarado que no ha querido juzgar las cualidades pictórico de Franco, sino "rescatar qué es lo que hizo despertar en él estas pulsiones creativas" al igual que en Hitler la necesidad de pintar también sus acuarelas de flores. "Dictadores que han tenido momentos de creatividad, pero también lo opuesto, grandes artistas que en algún momento se han visto cegados por impulsos de destrucción", ha cotejado. Algunas de estas historias están aquí relatas y otras se incluirán en el catálogo de la muestra.

Al respecto, ha explicado que no querían flores dentro de la sala de exposición, sino en el exterior, porque esas flores, "que sintetizan en algo tan bello la vida y la muerte, porque invita a pensar dónde se quedaron esas flores".

Con estos dos dispositivos, la Falla y esta muestra, quiere también poner en valor "cómo el arte pude ir en la dirección del espectáculo, pero también en la dirección opuesta de acercarse a la realidad y a la vida" y entender que "el arte es una herramienta de cambio para el mundo pero sobre todo para nosotros mismos".

Escif ha admitido que ser el artífice la Falla municipal es "uno de los mayores retos" que ha tenido que afrontar en su carrera, en especial por "la responsabilidad que supone tener un altavoz cómo supone el monumento municipal". "Como decía Spiderman grandes poderes conllevan grandes responsabilidades y lo primero que sentí es que no podía desaprovechar esta oportunidad", ha corroborado Escif, que ha destacado que supone también "un gran reto" al tener que trabajar con un equipo tan grande de personal de Manolo Martín y José Ramón Espuig.

OPORTUNIDAD Y CONTRADICCIONES

El artista urbano ha asumido las contradicciones que ha sentido al pasar de pintar en las calles graffitis que ponen en cuestión el poder a trabajar para instituciones, que representan ese poder. No obstante, ha matizado que el hecho de intervenir en la calle "ya es una imposición" porque "pintar una pared conlleva el peso de la responsabilidad de saber que estás interviniendo por encima de la voluntad de mucha gente" y tomar los espacios institucionales que, aunque sabes que te limitan, es también "una oportunidad para cambiar discursos y plantear otras realidad".

Por su parte, el director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont, ha alabado el trabajo de Escif, una propuesta "que demuestra las infinitas posibilidades de fusionar la creación contemporánea y las Fallas". "Uniendo tradición, arte y tecnología, Escif ha creado un dispositivo que activa y que remueve conciencias en base a nuestra capacidad de creación y de destrucción", ha resaltado.

Por su parte, Pere Fuset ha recordado que "la mayoría de las candidaturas presentadas para la Falla municipal de 2020 apostaron por la multidisciplinariedad, por esta simbiosis con el arte urbano". Así, ha señalado que "una de las cosas más significativas de los últimos años es que estas fallas hechas por los artistas falleros con la colaboración de otros artistas urbanos generan un recorrido entre la falla y el museo" y ha agradecido al Centre del Carme el "haberse abierto a la fiesta de las Fallas, por reconocer que las Fallas son arte".

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