La implantación del sistema informático Diraya muestra zonas de «apagón tecnológico» en la capital. Así, ninguno de los tres puntos de urgencias extrahospitalarias de la ciudad, ubicados en ambulatorios de La Chana, Gran Capitán y Zaidín, tienen aún sus consultas informatizadas.

Según denuncia el Sindicato Médico, los profesionales que trabajan en esta área, el eslabón entre la atención primaria y las urgencias de los hospitales, no tienen la posibilidad de acceder a la historia clínica de sus usuarios. Carmen Serrano, secretaria general de este sindicato, detalla que estos médicos siguen rellenando las hojas de asistencia que les entrega el celador. No pueden acceder a la información de los pacientes ni incorporar sus actuaciones.

Granada, a la cola

«Se recuerda al usuario que entregue el informe a su médico de cabecera pero a muchos se les olvida», explica Serrano. Además, esta situación no se da en otros puntos de la provincia, como el área metropolitana o la zona Noreste, donde las urgencias sí tienen acceso al Diraya.

Esta situación afecta a los 300.000 usuarios potenciales de este servicio, que cubre las urgencias extrahospitalarias de los 16 centros de salud de la capital. Pero según los facultativos que trabajan en estos dispositivos, los más vulnerables son las personas mayores, que muchas veces no recuerdan sus tratamientos.

Por su parte, un portavoz del Distrito Sanitario de Granada ha asegurado que ya hay fecha para que este personal haga los cursos de formación del Diraya, que estará implantado antes de final de año. Los médicos dicen que Salud les está dando largas desde enero.

Una mano de pintura

Manchas, huellas de humo, desconchones... Los médicos que trabajan en las urgencias extrahospitalarias de Gran Capitán tienen otro problema, además de la falta de informatización del servicio. Según han denunciado ante la Delegación provincial de Salud, las instalaciones en las que trabajan y descansan durante sus guardias están sucias y deterioradas.

Por estas estancias pasan una docena de trabajadores diarios, incrementándose durante los fines de semana y festivos. Aunque las dependencias se usan las 24 horas del día, no se han vuelto a pintar desde la apertura del servicio en 2001.

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