El Gobierno ya tiene una idea de qué senda de reducción del déficit público deberá acometer entre 2020 y 2023 según lo que estaba negociando con la Comisión Europea y le parece satisfactoria. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no ha querido desvelar este martes qué objetivos de déficit tendrá marcados España para este y los próximos años pero se ha mostrado satisfecha por el resultado de los contactos con Bruselas, de los que se ha encargado la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño.

Montero ha convocado para este viernes a los consejeros autonómicos de Hacienda en el Consejo de Política Fiscal y Financiera y se ha escudado en este encuentro para no avanzar la senda de déficit en base a la que ahora tendrá que rematar el proyecto de Presupuestos para 2020 que el Gobierno quiere llevar al Congreso cuanto antes.

“Que los consejeros económicos conozcan en primera instancia la propuesta”, ha apaciguado Montero en alusión a la reunión del viernes, donde “se repartirán los esfuerzos por cada comunidad autónoma”. Según ha dicho, ella misma comparecerá el viernes “para dar a conocer la senda” [de reducción de déficit].

Cinco décimas más

El año pasado, el Gobierno se atribuyó una gran victoria al pactar con la Comisión una relajación del objetivo de déficit previsto para 2019. El dato marcado era del 1,3% del PIB y el Gobierno logró que Bruselas permitiera elevarlo en cinco décimas más, para que fuera de 1,8%, lo que suponía disponer de unos 6.000 millones de euros más.

Sin embargo, este pacto con Bruselas expiró con los malogrados Presupuestos de 2019 y ahora el Gobierno ha estado negociando con la Comisión un nuevo acuerdo para relajar la disciplina impuesta sobre las cuentas públicas españolas. En ausencia de nuevo acuerdo, el déficit debería cerrar 2020 al 1,1%, una diferencia de nueve décimas con respecto al 2% con el que cerró 2019, lo que supone un recorte de unos 11.000 millones.

Montero no ha querido desvelar este martes si el pacto con Bruselas -que Moncloa descarta de momento llamarlo “acuerdo”- tiene algo que ver con las cinco décimas más del PIB que Bruselas autorizó el año pasado, pero sí ha valorado que en esta ocasión las facilidades abarcan varios ejercicios presupuestarios, hasta el año 2030.