Desde su oficina de la calle Ginés Martín número 11 de la capital, Vanessa Amorós resume en pocas palabras la cadena de acontecimientos y relata que "el comportamiento de los bancos ha cambiado totalmente, porque también el mercado lo ha hecho. Antes eran más flexibles y ahora lo miran todo con lupa. Se han visto obligados a eso porque el nivel de morosidad ha subido bastante, debido a que los tipos de interés casi se han duplicado en los dos últimos años".

Ellas han visto en su día a día el reflejo de los cambios agresivos del sector, que arroja cifras llamativas. "Antes de cada diez operaciones, nueve eran de compraventa y una de refinanciación y ahora es a la inversa", indica Vanessa. En la misma línea Mercedes asegura que "con la crisis los clientes son distintos, no hay tantas compraventas y sí muchas refinanciaciones y capital privado. Trabajamos mucho más, no por volumen, sino porque las operaciones son más laboriosas". Ambas aseguran que "la crisis seguirá mínimo un año por lo menos".

Facilidades en los trámites

Cuando un cliente se decanta por una oferta éste sigue guiado durante todo el proceso, siendo acompañado a tasadores, notaría y a la entidad para formalizar la operación. "Durante el proceso el cliente se desentiende de trámites, está siempre informado, se le facilita todo y sólo tiene que firmar", asegura Mercedes. Además, "previamente sabe cuáles son nuestros honorarios, que son invariables durante el proceso y que se fijan previamente con la firma de un contrato", añade Vanessa.

También aclara que "no tenemos capital propio, sino que somos intermediarios entre las entidades bancarias y las personas que solicitan préstamos, hipotecas, refinanciaciones, capital privado...", mediación eficaz que tiene su recompensa a pesar de la crisis, ya que tienen una "excelente" relación con los clientes y "ha funcionado bien el boca a boca".

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