En concreto, los presuntos autores fueron acusados de apoderarse de 350, 1.050 y 3.300 euros en sus robos en Murcia, y la tentativa de hacerse con 500 euros, y no trascendieron las cantidades que robaron en los otros cinco hurtos, aunque las investigaciones siguen abiertas, para determinar la posible comisión de más delitos con este mismo modus operandi, así como en otras áreas delictivas.

Este grupo, que no tenía fijada residencia habitual en España, se desplazaban en vehículos propios y alquilados, por distintas ciudades que comprendían la línea regular de autobuses desde Almería, Murcia y Madrid, hasta Rumania, según informaron fuentes de la Policía Nacional.

Así, los presuntos ladrones estaban perfectamente organizados, planificaban sus rutas, personándose en las respectivas estaciones de autobuses del trayecto, donde, para llevar a cabo sus robos, desplegaban un rápido y eficaz modus operandi, detectado por los agentes del Grupo de Policía Judicial de la Comisaria de San Andrés.

Y es que uno de ellos trataba de captar a la víctima haciendo de "gancho", introduciéndose en los andenes de la estación de autobuses desde el que salía el autocar para Rumania, y haciéndose pasar por organizador del viaje, conductor o empleado de la compañía, requería a un viajero que esperaba, indicándole que tenía que acompañarle a las oficinas, que estaban ubicadas fuera de la estación, para el pesaje de la maleta, comprobación del billete u otras formalidades.

Ya fuera de la estación, el "gancho", llevaba a la víctima, generalmente mujer, hasta una calle colindante, donde otros dos miembros del grupo organizado se hacían pasar por policías y les decían que tenían que inspeccionarle el equipaje y tenían que entregarle el dinero que llevara, para comprobar si portaba droga y los billetes eran falsos.

Una vez con el dinero en su poder, los tres anteriores huían del lugar, junto a una mujer cómplice que se encontraba en las proximidades vigilando la posible presencia de policías reales, hasta el coche de cobertura conducido por el quinto componente del grupo.

Tras analizar los tres robos que se habían producido en Murcia durante los meses de julio y agosto, los agentes de la Policía Nacional, montaron un dispositivo durante varios días, sorprendiendo a todos los integrantes del grupo cuando trataban de cometer un cuarto delito, controlándoles durante todas y cada una de las fases del hecho delictivo.

Desde el momento en que captan a una mujer en el anden de la estación de autobuses de San Andrés, a su traslado con la maleta hasta la calle Pozo, próxima a la estación, para ser inspeccionada por los dos falsos policías, procediéndose a la detención de los tres en el momento en que la victima les entregaba el dinero que portaba para comprobar si "era falsificado".

Simultáneamente, otros agentes detuvieron a la mujer que vigilaba e interceptaron el vehículo preparado para la huida, con su conductor al volante.

Las investigaciones posteriores determinaron que, además de los tres robos cometidos en Murcia, donde se apoderaron de 350, 1050 y 3.300 euros, y la tentativa de 500 euros, cuando fueron detenidos, fueron igualmente presuntos autores de otros cinco de la misma naturaleza cometidos, durante este verano, cuatro de ellos en las estaciones de autobuses de Madrid y otro en la de Roquetas del Mar.