Hace tan solo unos días, el alcalde de Málaga, el popular Francisco de la Torre, dio por cerrado el tema de la posible implantación de una tasa turística en la capital de la Costa del Sol por falta de consenso con el sector. "Podemos pasar página, dejarlo como cerrado y ya se verá en el futuro", zanjó. Mientras, el alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, apuntó este jueves en una dirección totalmente opuesta, apostando abierta y claramente por este tipo de impuesto. 

Lo hizo durante su intervención en un desayuno informativo en Madrid sobre la Agenda Urbana 2030, donde anunció que su intención es instaurar esta tasa a lo largo del presente mandato. Sin concretar mucho más, el regidor apuntó que se trataría de una tasa de "uno o dos euros" que revertiría íntegramente en el mantenimiento del patrimonio histórico de la ciudad, permitiendo así al Consistorio acometer nuevas inversiones en rehabilitaciones.

"Falta la cobertura legal, que es la Ley de Haciendas Locales, que requiere de mayorías y de una modificación en el Parlamento", ya que los ayuntamientos en España no pueden decidir de forma autónoma sobre la incorporación de este tipo de tributos, explicó Espadas. Y por ello, añadió, pedirá el aval del Ministerio de Hacienda, confiando en que el Gobierno central avance en ese marco legal.

Para apoyar su postura, el alcalde hispalense puso sobre la mesa casos "de éxito" como el de Lisboa y el de otras ciudades europeas patrimoniales. Y aseguró que las ciudades necesitan financiación para gestionar las inversiones necesarias de servicios públicos. Cabe recordar que en España, solo Cataluña y las Islas Baleares tienen implantada una tasa turística. En el caso de la primera, la cuantía oscila entre los 0,50 y los 2,25 euros, según la zona –en Barcelona es más cara–, mientras que en las islas varía entre los 2 y los 4 euros. A nivel europeo, son muchas las ciudades que cobran al turista este impuesto, como París (de 0,25 a 5 euros), Berlín (5% del precio de la habitación), Bruselas (4,2 euros por persona y noche), Praga (1,17 euros por noche) o Roma (de 4 a 7 euros).

A favor y en contra

Con sus declaraciones, Espadas vuelve a reabrir un debate sobre el que el vicepresidente de la Junta y consejero de Turismo, Juan Marín, ya se ha pronunciado, descartando la tasa al considerar que no favorece al destino ni aporta "una solución a absolutamente nada". También el líder de Cs en el Ayuntamiento, Álvaro Pimentel, se ha pronunciado, rechazando que el alcalde "pretenda imponer" este impuesto "sin consensuarla con el sector".

Sí se muestran favorables a esta medida desde Apartsur, la Asociación de Viviendas Turísticas y Vacacionales de Andalucía, cuyo gerente, Daniel Gata, afirma a 20minutos que los ingresos obtenidos con la tasa "contribuirían a la promoción del destino", una promoción de la que su sector, explica, "aún no forma parte". Asimismo, Gata argumenta que este impuesto serviría para "la adecuación de infraestructuras y equipamientos de la propia ciudad". Y el ciudadano, concluye, también "se beneficiaría de la actividad turística y vería con sus ojos que el turismo puede servir para la revitalización de la ciudad y no para lo contrario".