Los padres de unos 40 alumnos del colegio Gregorio Marañón en La Cala del Moral (Rincón de la Victoria) se negaron ayer a dejar a sus hijos en el centro en su primer día debido a lo que denuncian como una falta de seguridad en las aulas prefabricadas donde tienen que asistir a clase.

Unas obras en el recinto han propiciado que se monten dos aulas prefabricadas (para niños de 3 y 4 años) que, según la asociación de madres y padres (AMPA), "no reúnen las condiciones mínimas de seguridad".

El relato de los progenitores describe unos módulos ubicados en el aparcamiento, cuyas plazas tienen que cruzar los menores para llegar al patio. Y éste es el primero de los inconvenientes: "Por la valla de separación del aparcamiento caben los alumnos. No tienen luz natural porque las ventanas de los módulos están a 50 centímetros de un muro, que contiene un campo de deportes que está cediendo. Los mismos drenajes del campo de fútbol están a la misma altura que las ventanas. La rampa de acceso a las clases no tiene barandilla, los cuartos de baño se han adaptado mal para los niños pequeños y los salientes de los lavabos están precintados sólo con cinta aislante. Además, todo el material (pizarras, percheros, etc.) está empaquetado en cajas porque no han venido los servicios operativos y las aulas no se han limpiado casi desde el verano".

Así las cosas, la AMPA sentencia: "Con la ley de calidad en la enseñanza que cide aplicar la Junta, no hay derecho a que nuestros hijos sean tratados como si fueran coches".

Masificación

El centro fue construido y ampliado para albergar dos líneas, es decir, dos clases por cada nivel de Infantil (segundo ciclo) y Primaria. Aun así, las necesidades de la zona han hecho que para todos los cursos menos dos se haya tenido que ampliar el número de clases. Así, la mayoría de niveles tienen entre 3 y 4 aulas, y el número de matriculados ya casi roza los 700 alumnos (hay más de 100 nuevas matriculaciones).

De hecho, este curso el centro ha perdido el aula de música y la de psicomotricidad y la biblioteca para convertirlas en clases normales. Es más, hay algunos alumnos para los que el centro no tiene mobiliario y los profesores tienen que improvisar dónde impartir las clases, rematan desde la AMPA.

Hoy, a las cinco de la tarde, los padres están convocados a una reunión para acordar qué medidas se toman para presionar a la Delegación de Educación.