Juanra Bonet: "No me he emborrachado en la vida y no tomo el sol"

Juanra Bonet, presentador de ¿Quién quiere ser millonario?
Juanra Bonet presenta la nueva etapa de '¿Quién quiere ser millonario?'.
ATRESMEDIA
Juanra Bonet, presentador de ¿Quién quiere ser millonario?

Es uno de los concursos más míticos de la historia de la televisión y uno de los más sencillos: un presentador, un concursante y una pregunta. Y tiempo, el que haga falta, para responder. Ahora Juanra Bonet se pone al frente de ¿Quién quiere ser millonario?, un formato que llega a Antena 3 con algunos cambios, pero la misma tensión calmada de siempre. 

Háblenos de su papel en ¿Quién quiere ser millonario? Soy el presentador… (risas). Estoy flipando de presentar ese formatazo. Tengo presión y es normal porque tiene mucha historia y muchos presentadores muy grandes detrás. Pero también tengo mucha ilusión y nos lo hemos pasado muy bien grabándolo.

¿Tuvo que aprender a levantar la ceja? Estuve haciendo pesas de ceja, pero no me funcionó. Pero entendí perfectamente por qué Sobera hacía lo de la ceja y por qué hacía lo que hacía. Éste es un formato que se basa en algo que es muy poco del siglo XXI: la pausa. Quién quiere ser millonario se basa en las miradas, en la respiración, en el tempo, en el ritmo lento pero con tensión… Y entiendo las caídas de ojos, las miradas, la ceja…

Es ‘slow’ TV… Es un formato que mola mucho, es un desafío al espectador, sin ráfagas de sonido, sin bombas que explotan, sin trampillas que se abren… dos personas mirándose en silencio y decidiendo qué hacer. Es un oasis de tensión. Un oasis porque en la tele ahora es todo estímulo, pero precisamente porque aquí hay pausa aparece la tensión genuina.

¿Lo notó mientras grababan? Yo no he sido de lo que hacía mi musculatura facial en ningún momento porque no eres consciente, pero por lo que me cuentan soy bastante expresivo.

Es una mecánica cerrada, pero ¿habrá algún cambio? Cambios pequeños. Por ejemplo, ahora no existe el comodín de la llamada, ahora es el comodín del acompañante. A la persona que echa un cable al concursante no se le llama por teléfono, sino que está físicamente entre el público y baja y juntos resuelven la pregunta. Además, antes había dos seguros, preguntas que si llegabas a ellas te asegurabas la cantidad que habías ganado. Pues ahora uno de esos seguros es móvil y el concursante decide en qué pregunta se lo pone, una vez llegado al seguro fijo, que está en la quinta pregunta.

¿Usted quiere ser millonario? ¿Sueña con un euromillones, por ejemplo? No, no juego a la lotería.

¿Ni a la de la empresa? No, nunca. Pero porque soy supersticioso. Considero que tengo mucha suerte y me parece tentar a la suerte comprar lotería. Tengo trabajo y me gusta, la vida me va bien, todo está muy bien y comprar lotería me parece abusar de la suerte (risas). No me la juego más.

Juguemos a sociólogos o psicólogos… ¿Por qué funcionan los concursos? Porque te permite participar muy activamente en lo que está pasando, jugar en casa. En ¡Boom! Los espectadores nos dicen mucho que no sólo juegan con preguntas y respuestas sino que juegan con los niños pequeños a los colores. Además, es una tele muy radiofónica, te permite tenerla de fondo mientras estás con la cena o con el baño de los niños. Te hace compañía.

¿Qué tiene Juanra Bonet que le hace apto para ser presentador de concursos? No lo sé… somos muchos y muchas. Creo que todos los que trabajamos de presentadores, en cualquier formato, lo que tenemos en común es que estamos de verdad, que somos nosotros mismos. Cuando crees que la persona a la que ves por la tele será la misma que si te la encuentras en una gasolinera es cuando te interesa. Tú ves a Arturo Valls y estás seguro que en el día más serio de su vida es igual que como le has visto en la tele. Y así Christian Gálvez, Jorge Fernández, Carlos Sobera…

¿Se siente un poco Papá Noel repartiendo dinero? Mola mucho, sobre todo porque no es mío (risas). Es muy chulo, sobre todo cuando ves que hay un equipo que lleva tiempo jugando, que es gente que estudia apuntes entre programas y te hace ilusión que ganen. Igual que te da pena que la gente no gane.

¿Es más meritorio ganar ¡Boom! o ¿Quién quién quiere ser millonario? que un reality? Son dos cosas diferentes, no tiene más mérito ganar los 100 metros lisos que el lanzamiento de jabalina. No tienen nada que ver, son juegos diferentes, ligas diferentes, espectadores diferentes y franjas horarias diferentes. Son dos mundos distintos.

He estado viendo fotos de cuando hacía usted Caiga quien caiga y no es Jordi Hurtado, pero casi, ¿los concursos conservan el físico? Yo pasé una temporada en La 2, no sé si ahí me contagié del virus de la inmortalidad. La verdad es que me mantengo bastante bien. ¿Sabes qué pasa? Que no tomo el sol. A mi me gusta ir a la playa, decir qué bonito todo y aunque haya costado aparcar, irme pronto. Tampoco me he emborrachado en mi vida. Me gusta tomarme mi vino o mi whisky… pero con cuidado. No me he emborrachado en la vida y entre eso y no tomar el sol…

Los programas son grabados, ¿cómo lleva el mantener el secreto de quién gana?  Soy un afortunado, porque la naturaleza me ha regalado un don: la amnesia (risas). Tengo una memoria malísima y se me olvida. Se vive súper feliz con esta cualidad, me siento honrado por los dioses. Grabo un concurso, alguien gana y te juro que después no me acuerdo. Es un músculo que he desarrollado.

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