Las mismas fuentes señalaron que ante las perspectivas "no muy halagüeñas" del sector, el centro vigués ha decidido agarrase una vez a los mecanismos de flexibilidad con los que cuenta para evitar la pérdida de empleo.

Esos instrumentos de flexibilidad se traducen en que los cuatro viernes del mes de octubre se dejará de trabajar con cargo de la bolsa de horas y se reducirá el turno de noche a cuatro horas y cuarto (por convenio, el mínimo de horas está fijado en cuatro).

También se rebajará la cadencia de producción de uno de los sistemas de montaje pasando de los 55 vehículos a la hora a los 50 el próximo mes de octubre.

"Las medidas que se toman es para, aprovechando esos mecanismos de flexibilidad, que no haya afectación al empleo", argumentaron fuentes de la fábrica, quienes aseguraron que dichas medidas intentan evitar, por el momento, cualquier regulación de empleo.

Los instrumentos de la fábrica automovilística dan un margen de maniobra para evitar esa pérdida de empleo, pero, según precisaron desde la fábrica, cada vez se agotan más, ya que la situación actual del mercado es "preocupante".

En la actualidad y después de haberse reducido la producción, la planta viguesa fabrica una media de 2.130 coches diarios y en octubre la cifra se reducirá a los por encima de 2.000 al día.

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