Tras estos hechos, que ocurrieron en los veranos de 2005 y 2006, el hombre reveló las imágenes para elaborar varias tarjetas pornográficas donde plasmó su número de teléfono y la leyenda "Llámame, 24 horas, Carmen, soy gratis, todo", con el objetivo de obtener un beneficio económico ilícito.
En 2006, aprovechó que su hijo dejó a la hija de su mujer con él mientras ellos trabajaban, para desnudarla bajo amenaza de pegarle y fotografiarla en el cuarto de baño, tocándole además el pecho, las nalgas y los genitales.
Cuando se ordenó el registro en la habitación que el condenado ocupaba en el Centro Municipal de Acogida de Mayores, se intervinieron centenares de fotografías de la nieta de 15 años y algunas de la menor de 8 años, así como prendas de las niñas y una lista con teléfonos de sus amigos.
Además, los agentes hallaron varios documentos de identidad falsificados en la habitación del hombre, algunos con el nombre de su hija.
El condenado se defendio acusando a sus hijos
En su declaración ante el juez, el hombre aseguró en todo momento que él no había hecho las fotos y que todo se debía a un complot de sus hijos para vengarse de él, a pesar de que su mano se veía en el encuadre de una de las imágenes.
El Tribunal ha considerado a este individuo culpable de un delito de corrupción de menores, por el que le condena a cuatro años de prisión, de un delito continuado de agresión sexual, por el que establece la pena de siete años de cárcel, y de un delito continuado de falsedad documental, por el que añade otro año a su pena.
Además, se le ha impuesto la prohibición de acercarse a menos de trescientos metros de cualquiera de las niñas y que indemnice a su nieta de 15 años con 6.000 euros y a la de 8 años con 12.000 euros.
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