Según recuerda la confluencia en una nota de prensa, debería haber un inspector alimentario por cada 10.000 habitantes y en Granada, con un servicio gestionado directamente por el Ayuntamiento, la situación que se da es un veterinario por cada 40.000.

"Los profesionales están sobrecargados y lo que está ocurriendo es que así no se pueden llevar con eficiencia las inspecciones", ha advertido Cabrerizo, quien ha recordado que "estamos hablando de un tema prioritario de salud pública".

Las funciones de este servicio municipal, que en los pueblos del área metropolitana es gestionado por la Junta de Andalucía, son expedir o retirar licencias de apertura, sancionar, controlar comedores de colegios, asegurar que los trabajadores que manipulan alimentos no tienen ninguna patología que pueda pasar a la cadena alimentaria o inspeccionar los mercados de la ciudad.

Según la nota de prensa de la formación política, Granada, Sevilla y Málaga son las únicas ciudades andaluzas donde el servicio de inspección alimentaria es gestionado directamente por sus ayuntamientos, "aunque, tras la crisis de la listeriosis ocurrida en la capital andaluz en septiembre, el Gobierno andaluz ha apoyado en varias ocasiones concentrar las competencias para facilitar así la coordinación".

Podemos-IU ha sostenido que "lo que no podemos es continuar de esta manera en la que la falta de personal está poniendo en riesgo la salud de los granadinos y granadinas". En este sentido, Cabrerizo ha subrayado que si se mantiene la gestión municipal, el Ayuntamiento de Granada debe contratar a 20 técnicos más, entre veterinarios y personal de laboratorio, para prestar el servicio con todas las garantías.

En caso de que el Ayuntamiento no vaya a contratar a más profesionales, la edil de Podemos-IU cree que la competencia debe pasar a manos de la Consejería de Salud.