El tronco de Navidad o Bûche de Noël se ha convertido en un clásico de estas fiestas. De origen francés, como su nombre indica, se trata del típico bizcocho enrollado sobre sí mismo y relleno de crema, nata o chocolate, pero con una cobertura decorada en forma de corteza de árbol. Es fácil de preparar, aunque para hacerlo bien tenemos que dedicarle algo de tiempo.
A los niños les va a encantar este postre y mucho más ayudar a prepararlo, porque el resultado es muy bonito y navideño. Una buena ocasión para crear recuerdos de esos que no se olvidan nunca y vivir aún con más emoción la llegada de Papá Noel.
Como hemos dicho, el relleno es opcional. Nosotros queríamos hacer una versión fácil (pero muy rica) y hemos optado por uno sencillo de chocolate. Si preferís rellenarlo con una crema pastelera, aquí podéis seguir todos los pasos para conseguir una perfecta. Sea como sea, este tronco es un éxito asegurado como postre de Nochebuena o Navidad.
Ingredientes para el bizcocho
- 4 huevos
- 100 gr. de azúcar
- 100 gr. de harina
- 5 ml. de extracto de vainilla
Ingredientes para el relleno
- 125 gr. de chocolate de cobertura
- 150 ml. de nata para montar
- 100 gr. de azúcar
Ingredientes para la cobertura
- 125 gr. de chocolate de cobertura
- 100 ml. de nata para montar
- Azúcar glas para decorar
Preparación
Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo.
En un cazo calentamos la nata. Cuando empiece a hervir, apagamos el fuego y añadimos el chocolate. Mezclamos hasta que quede bien integrado. Guardamos en el frigorífico mientras preparamos el bizcocho.
Para hacer el bizcocho echamos los huevos en un bol grande, añadimos el azúcar y batimos con unas varillas eléctricas hasta adquirir una textura cremosa y blanquecina. Este proceso puede llevar unos diez minutos y es importante conseguir el punto cremoso para que el bizcocho quede bien.
Poco a poco vamos añadiendo la harina tamizada y removiendo con movimientos envolventes para no perder la cremosidad de la mezcla.
Forramos la bandeja del horno con papel sulfurizado y vertemos el contenido con cuidado expandiéndolo con una espátula.
Horneamos 10 minutos.
Mientras se hornea el bizcocho, sacamos el relleno del frigorífico y montamos con varillas eléctricas hasta que tenga un color más claro y quede cremoso, tipo mousse. Reservamos.
En la mesa de trabajo ponemos un trapo húmedo bien estirado. Sacamos el bizcocho del horno y lo ponemos sobre el trapo húmedo con el papel sulfurizado tocando el trapo. Cubrimos con otro papel sulfurizado y enrollamos el bizcocho con el trapo sobre sí mismo mientras esté caliente. Si el bizcocho se enfría y no lo hemos enrollado, ya no podremos hacer la forma característica del tronco. Dejamos templar enrollado 10 minutos.
Desenrollamos el bizcocho con cuidado, retiramos el trapo y el papel superior. Podemos cortar los bordes con un cuchillo para hacer un rectángulo perfecto.
Con una espátula extendemos sobre el bizcocho el relleno de chocolate y volvemos a enrollar sobre sí mismo sin el papel de base. Lo guardamos en el frigorífico mientras preparamos la cobertura.
Para preparar la cobertura, igual que antes, hervimos la nata en un cazo. Cuando empiece a hervir apagamos el fuego y añadimos el chocolate removiendo hasta que quede integrado. Dejamos templar hasta que espese un poco pero siga siendo manejable para cubrir el bizcocho.
Sacamos el bizcocho enrollado del frigorífico. Cortamos un trozo de unos 3 cm y con un poco de la cobertura lo pegamos en un lateral. Sacamos otro pedazo del tronco haciendo un corte en diagonal y con la cobertura lo pegamos en la parte superior.
Vamos extendiendo con cuidado la cobertura por todo el tronco. Cuando esté todo cubierto, hacemos unas marcas circulares con un palillo en algunos puntos y líneas con un tenedor para simular la corteza del tronco. Cuanto más irregular, mejor.
Dejamos en el frigorífico unas horas o de un día para otro. Antes de servir sacamos del frigorífico y espolvoreamos un poco de azúcar glas con ayuda de un colador pequeño para que quede uniforme.
Comentarios