El Ministerio Fiscal sostiene que el acusado, nacido en 1972, conoció a la menor a través de su hija, dado que ambas eran amigas, de la misma edad y estudiaban en el mismo centro escolar. Por ello el acusado sabía que la adolescente, en el momento de ocurrir los hechos, tenía 14 años.

En el mes de diciembre de 2018 la hija del acusado invitó a la menor a que fuera a dormir con ella a su domicilio, en Oviedo, circunstancia que el acusado aprovechó para estrechar su relación con la menor, así como para obtener su teléfono, con el pretexto de que tenía que llamarle a él cuando tuviera algo que comunicarle a su hija.

Una vez obtenido el número de teléfono de la menor, con el fin de satisfacer sus deseos libidinosos y conseguir tener relaciones sexuales con la niña, empezó a mandarle mensajes por WhatsApp al menos desde finales de diciembre de 2018. Los mensajes se los enviaba cada poco tiempo, con el fin de estrechar la relación con ella, y finalmente comenzó a escribirle de forma habitual y a mandarle mensajes con contenido inapropiado.

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de delito contra la libertad e indemnidad sexual por ciberacoso sexual a menor del artículo 183 ter del Código Penal. Y solicita que se condene al acusado a la pena de multa de 2.880 euros.

Además, el Ministerio Fiscal solicita que se prohíba al acusado aproximarse a la menor, su domicilio, lugar de trabajo y cualquier otro en el que se encontrara a menos de 500 metros durante 5 años. Tampoco podría establecer con ella por cualquier medio de comunicación o medio informático o telemático, contacto escrito, verbal o visual durante el mismo periodo de tiempo.

En concepto de responsabilidad civil, la Fiscalía solicita que el acusado indemnice a la menor, a través de su representante legal, con 1.000 euros por daño moral, más los intereses legales correspondientes.