Con los tipos de interés más altos de los últimos años, una cesta de la compra que se encarece cada vez que se pisa un supermercado y unos sueldos que ni de lejos le siguen el ritmo al Euríbor y a los limones, la crisis está servida. Hace meses que está aquí, pero A Coruña parece dispuesta a ir a la contra.

Ni el paro sube como en el resto de España ni el principal sector económico, la construcción, parece estar en la picota. De hecho, en el primer semestre de este año se vendieron una media de 36 pisos al día frente a los 30 de 2007. Es decir, un 18,3% más.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), sólo el pasado mes de julio se vendieron 910 viviendas en la provincia frente a las 700 del mismo periodo de 2007. Esto supone un 30%. Y no es un dato anecdótico, ya que, en realidad, junio no ha sido el mejor mes. En febrero, por ejemplo, se realizaron 1.248 compras de pisos.

En total, en el primer semestre se vendieron 6.455 viviendas frente a las 10.900 de todo el año pasado. A este ritmo podrían ser 13.000 coruñeses los que compren un piso en este 2008 de la crisis. En este auge de la venta de casas hay una cuestión especialmente llamativa: ahora se compran más pisos nuevos que usados. Justo lo contrario que en 2007. El pasado año seis de cada diez coruñeses que adquirieron una vivienda optaron por una de segunda mano. Ahora sólo está en esta caso el 40%. El resto estrena casa.

Las inmobiliarias atribuyen este cambio al endurecimiento de los requisitos que los bancos exigen para dar un préstamo, lo que conlleva que los nuevos hipotecados tengan una mayor solvencia y, por lo tanto, adquieran un mejor piso.

Mejor, estrenar

Desde la i nmobiliaria Atanes se explica que los pisos usados, sobre todo aquellos sin ascensor, los compraban jóvenes con unos ingresos limitados a los que ahora no se les daría una hipoteca.

Pese a esto sí reconoce que en los últimos meses «la gente mira más, se mueve más». «Lo que estamos viendo es un pequeño repunte de gente interesada en mirar, porque había mucha gente esperando a que bajasen de precio y algo bajaron», dicen en Lagunita.

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