La cantante Britney Spears tiene motivos musicales para sonreír... pero también para llorar. Entre los primeros, su tercera nominación a los premios MTV, hecha pública el 16 de agosto. Entre los segundos, el carrusel de vídeos que recopilan actuaciones donde los desafines y playbacks son la nota dominante.
Al igual que sucedió hace años con Enrique Iglesias y su famoso playback con el tema Rhythm Divine, los despropósitos vocales de la artista norteamericana sirven de argumento para los críticos, y de mofa para los simplemente aficionados.
Las grabaciones, presuntamente obtenidas por los técnicos de sonido encargados de los conciertos de Spears (y que no coincididen con lo que el público escuchó durante los mismos), llevarían fecha anterior a octubre de 2007, cuando se publicó Blackout, su quinto trabajo de estudio hasta el momento.
A pesar de estos contratiempos, la cantante regresó en mayo a los estudios de grabación de la mano de los productores J.R. Rotem y Sean Garrett para empezar a trabajar en su próximo disco. Rotem aseguró que la cantante "es una maestra en lo que hace y tiene mucha más experiencia que mucha gente, así que siempre es bonito trabajar con ella". El nuevo trabajo, según ha confirmado, aparecerá a lo largo de 2009.
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