El primer síntoma de que algo ha cambiado en la Rambla del Raval de Barcelona en los últimos meses es la reubicación del mítico Gato de Botero, que ahora se encuentra en el medio del paseo, a la altura del hotel Barceló Raval.
Otro cambio a primera vista es también sutil: justo al otro lado de la rambla, tomando como referencia la escultura, se ubica un lavabo público autolavable. Los bancos públicos también se han renovado y ahora se colocan en forma de círculo para propiciar la conversación entre sus ocupantes.
Son modificaciones que forman parte de la reurbanización de la rambla, incluida en el Pla de Barris Raval sud y Gòtic sud, que se está rematando estos días tras ocho meses de obras.
La reforma también incluye la de las dos plazas anexas al paseo, la de Salvador Seguí (sede de la Filmoteca de Catalunya) y la de Vázquez Montalbán (delante de la sede del sindicato UGT). En total, se ha actuado en 19.260 metros cuadrados de espacio público con un presupuesto de 1,3 millones de euros.
Desterrar los usos más incívicos
El Ajuntament hace estos cambios para conseguir una rambla más habitable por parte del vecindario, para que este haga vida en ella y no la use solamente para cruzarla. En definitiva, se busca un espacio público "más abierto al barrio" que se gane para buenos usos y destierre los "inseguros e incívicos", indica el regidor de Ciutat Vella, Jordi Rabassa.
El aumento de la seguridad en la zona es un clamor constante de vecinos y comerciantes que no paran de denunciar la degradación creciente del barrio.
Para atraer un uso más intergeneracional del paseo, se ha duplicado el espacio dedicado al juego infantil, por una parte, y se ha mejorado la iluminación para ganar en visibilidad nocturna, por otra.
La rambla también se ha ensanchado en los laterales. El espacio se ha ganado eliminando plazas de aparcamiento. El verde se ha mantenido pero reubicado en dos grandes parterres que estos días están rodeados de vallas para preservar el arraigo de las plantas. Las terrazas de bares y restaurantes de la calle se han reordenado y se han agrupado más las sillas y mesas.
El juego y el uso público de niños y adolescentes del espacio se quiere propiciar, igualmente, en la plaza de Vázquez Montalbán, que está ultimando la plantación de árboles, que han expulsado a las jardineras a la rotonda norte de la rambla, la que conecta con la calle Hospital.
Los trabajos comenzaron en julio y, entre otras actuaciones, se ha colocado una pista de bádminton y mesas de ping-pong y fut-toc y también sillas y juegos pintados en el suelo.Esta plaza conecta con la de Salvador Seguí, cuyas obras ase iniciaron en agosto. En este espacio se ha creado una nueva área lúdica para niños de 0 a 12 años formada por montañas de caucho con elementos de juego incorporados. De igual forma, se ha ampliado la arboleda para generar zonas de sombra y la cifra de sillas.
Más espacios recuperados
Los Jardins de Voltes d'en Cirés, la plaza Sant Miquel o el Moll de la Fusta son otros espacios públicos del Raval sud y el Gòtic sud que se están replanteando para abrirse aún más al uso del barrio. La reforma de la Rambla del Raval que ahora acaba surgió de un proceso de participación vecinal llevado a cabo en el año 2017.
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