Tras unas jornadas informativas, a las que estos jóvenes asistieron antes de comprar una casa, la encuesta reflejó su decepción porque creen que no se hacen pisos adecuados a sus necesidades, a pesar de que las características de las viviendas que se construyen hoy día en la comunidad cumplen sus requisitos.

No a las cooperativas

El problema, es sin embargo, que sus deseos no son compatibles con su poder adquisitivo, que no les permite adquirir la vivienda a la que aspiran: amplia y con el mayor número de estancias posible.

En el momento de la encuesta, el 40% ya había iniciado alguna gestión para comprar un piso. La mayoría, el 80%, nunca se había planteado el cooperativismo con personas en su misma situación y con las mismas necesidades.

Desde el IAJ se señala que «este dato demuestra que en la actualidad, entre los jóvenes, no hay un sentimiento de unión y que a la hora de adquirir una vivienda se dirigen en primer lugar a los sitios oficiales».

Los lugares a los que se dirigieron para informarse fueron, mayoritariamente, las promotoras inmobiliarias, particulares y el Gobierno de Aragón.

Según esta encuesta, sólo el 30% optaría a comprar una vivienda juvenil en un edificio con servicios comunes, como se construyen en otros países. Y respecto a estos, los más solicitados serían la lavandería común, el servicio de cocina y un parking para bicis y motos.

El resto –el 65%– prefiere una vivienda completa para su disfrute, sin compartir estancias ni servicios y en propiedad.