Un vistazo a los partes de incidentes aclara la situación: entre el 1 y el 3 de junio de este año la Policía Local detectó que habían desaparecido de las calles 83 señales. «La capacidad de respuesta debe ser rápida y en 48 horas el destrozo debe estar arreglado».

Las más cotizadas son los distintivos de stop y de dirección prohibida, aunque los espejos son también una «buena diana para jugar con las botellas o las latas». Cada señal de tráfico cuesta unos 60 euros, y su montaje, 21, los espejos ascienden a 180 euros (hay unos cien en la ciudad y cada año se deben reponer más o menos la mitad).

Los gamberros no descansan. Mientras unos deciden hacerse con las señales de tráfico, otros destrozan papeleras por valor de 50 euros cada una. El año pasado se repusieron 230. Además, cada fin de semana hay que recolocar una media de 200, porque las han movido de lugar o arrancado de los puntos de sujeción. Si a todo esto se suman los destrozos en mobiliario (bancos, bombillas, maceteros...), por un valor de 1,2 millones de euros, el Ayuntamiento invierte más de dos millones de euros anuales en reponer lo que los vándalos destrozan.

Precios

Señales de tráfico.- Cada una de ellas vale unos 60 euros y su montaje, 21 euros.

Espejos.- Se reponen 50 al año, cada uno vale 180 euros.

Papeleras.- El año pasado se recolocaron 230 por un valor de 50 euros cada una. Cada fin de semana hay que recolocar unas 200, que han sido arrancadas de sus anclajes, sobre todo en las zonas donde hay botellón.

Contenedores.- Se reparan al mes unos 146 y se reponen unos 80. Inagra desconoce cuántos de ellos son destrozados por los vándalos y cuántos repuestos por el desgaste diario habitual.

Pintadas.- Inagra limpia al mes 450 pintadas de las paredes y del mobiliario de la ciudad. El servicio está incluido en el canon que abona el Ayuntamiento a la empresa.

Mobiliario.- El 10% del presupuesto de la Concejalía de Mantenimiento se destina a  actos vandálicos o incívicos.