La medida, que se ha aprobado en una reunión extraordinaria por 44 votos a favor, uno en contra y uno en blanco, deriva de una propuesta del Consell d'Estudiants aprobada en el claustro universitario para poder "respetar el derecho a la educación y la evaluación y la voluntad de movilización" tras la sentencia del 1-O.
En declaraciones a los medios, el rector de la UdG, Quim Salvi, ha dicho que ahora serán los centros los que la adapten a la especifidad de cada grado y asignatura "sin perjuicio" para los estudiantes.
Salvi ha afirmado que no se trata de una evaluación única, "es una evaluación alternativa, puede ser única o no", y que se adaptará a cada docencia y puede ir desde una prueba final, exámenes parciales o aplazar pruebas.
Ha sostenido que la mayor parte de las universidades públicas catalanas han aprobado medidas similares en un momento en que "los estudiantes pueden tener un perjuicio para seguir la evaluación", y que los interesados podrán acogerse, con efectos a 14 de octubre.
Salvi ha resaltado que la preocupación de la universidad es "mantener el mismo rigor y grado de exigencia" al establecido y preservar la calidad docente.
Una vez aprobado el procedimiento en el Consell de Govern, las comisiones de gobierno de cada dentro lo adaptarán teniendo en cuenta las especifidades de los grados, asignaturas y métodos evaluativos.
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