Los bomberos de California (EE UU) continúan luchando contra varios incendios que han quemado extensas áreas y mantienen a 50.000 de personas evacuadas, mientras la compañía eléctrica Pacific Gas & Electric (PG&E) se prepara para cortar el suministro a 2 millones de personas.

"Esto es definitivamente un evento que estamos llamando histórico y extremo. Lo que lo hace realmente especial es la cantidad de tiempo que estos vientos van a mantenerse", según David King, del Servicio Nacional del Meteorología de la oficina de Monterrey.

Los esfuerzos de las autoridades se suceden en todo el estado, aunque los más afectados se encuentran en el norte, en los alrededores del área de San Francisco.

Allí, los recursos se centran en tratar de controlar el incendio de Kincade, que ha quemado por el momento 21.900 acres (8.862 hectáreas) en el condado de Sonoma, una zona vinícola que ya se vio afectada en 2017 por un fuego que mató a 30 personas.

La combinación de los voraces incendios y los fuertes vientos que se esperan en California a lo largo del fin de semana elevan la peligrosidad y el riesgo.

Los pronósticos señalan que los vientos soplarán de manera sostenida entre este sábado y el lunes por la mañana.

En un comunicado, la compañía eléctrica advirtió de que el potencialmente poderoso y generalizado escenario de sequedad, calor y viento podría amenazar el servicio hasta el lunes, a la vez que se preparaba para cortar el servicio a más de 2 millones de personas.

PG&E ya ha suprimido el suministro en varias zonas rurales ante la caída de cables y el riesgo de que contribuyan a generar nuevos focos de incendio.

La emergencia se podría extender tras los pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología (NWS) especialmente el fin de semana, con poca humedad y fuertes ráfagas de viento en el norte del estado.