Jalis de la Serna: "Todos saben que se acabarán las pensiones, pero nadie hace nada para remediarlo"

  • 'Enviado especial' encuentra en otros países soluciones a problemas graves que tenemos o tendremos en España. 
Jalis de la Serna en 'Enviado Especial'
Jalis de la Serna en 'Enviado Especial'
LA SEXTA
Jalis de la Serna en 'Enviado Especial'

En la tercera temporada de la serie documental Enviado Especial (La Sexta, miércoles 22:30 horas) el reportero Jalis de la Serna y su equipo han buscado proyectos o iniciativas que ya se hayan puesto en marcha en otros lugares del mundo y que sean soluciones posibles a ocho problemas de nuestro país, como reducir el consumo de azúcar, repoblar las zonas rurales, conseguir una alimentación sostenible sin destruir el suelo, iniciar una desconexión digital para reconectar con la vida, prepararse para hacer la transición energética o proteger el suministro de agua y las pensiones, por ejemplo. 

¿Son estos reportajes la prueba de que las cosas se pueden hacer bien? De que se pueden hacer bien, si. Nos planteamos cuáles creíamos que eran los desafíos de España en los próximos años. Temas como el acceso a la vivienda, la sostenibilidad de las pensiones, la España despoblada… y buscar lugares donde ya se estuviera trabajando en esos problemas.

El del agua es el primer reportaje... Aquí tenemos interiorizado que vamos a abrir un grifo y siempre va a salir agua, pero esto puede dejar de ser así dentro de unos años, porque estamos viendo que la situación es cada vez más grave, cada vez tenemos menos agua. 

Pues hemos buscado lugares en el mundo donde hayan solucionado este problema, y ha sido Australia. Pero no es un programa sobre Australia, sino un programa sobre España, cuyas soluciones están allí.

Si esas soluciones existen, ¿por qué no se están adoptando? Habría que preguntárselo a los políticos. Me gustaría preguntárselo, de hecho. Estamos en precampaña electoral y seguramente habría que animar a los políticos a ver Enviado Especial, para que por lo menos comenzaran a preocuparse de estos problemas.

¿Están distraídos con Cataluña, la exhumación, las elecciones…? Cualquier cosa que le preocupe a la sociedad es digna de atención. Pero sí es cierto que hay cosas que afectan directamente a nuestra calidad de vida de una manera determinante y no se atienden. Sin agua no hay vida y en España puede haber problemas de suministro de agua en los próximos años y no se hace nada. Es que no hay siquiera propuestas políticas. El acceso a la vivienda es uno de los temas que más preocupan e indignan en España en los últimos años. En Viena ya han tomado políticas activas sobre este problema. Lo mismo con las pensiones, que parece que hay un runrun, un rumor colectivo por el que todo el mundo sabe que algún día se acabará la hucha de las pensiones y que será un sistema insostenible. Todo el mundo se preocupa por eso, pero nadie hace nada por evitarlo. Pues hay países en Europa donde lo han arreglado.

¿Que le falta al carácter español para que no nos centremos en lo importante? Nos falta perspectiva, centrarnos en los problemas que de verdad nos afectan o nos van a afectar en los próximos años y que de verdad tienen un impacto grande en nuestra calidad de vida. También nos faltan propuestas por parte de los políticos. Vivimos en una sociedad polarizada en la que se busca el enfrentamiento, casi radicalizado. Tal vez habría que buscar consensos y plantear mínimos para que haya cosas sobre las que se puedan adoptar acuerdos.

¿Cuál de estas medidas habría que priorizar? Es complicado, porque son ocho entre las que no hay ninguna prescindible. Todas son urgentes. Aunque quizá irían primero el garantizar el suministro de agua, el acceso a la vivienda, los alquileres y la adquisición y garantizar el sistema de pensiones. Pero también cosas como el control que se hace de nosotros a través de internet, el consumo excesivo de azúcar al que nos avoca la industria alimentaria, la insuficiencia energética… Hay lugares en el mundo donde ya se ha trabajado sobre ello y se han encontrado alternativas.

Estos reportajes muestran que hay esperanza para los problemas. Usted viene de hacer reportajes muy duros, como el de las cárceles. ¿Lo ha agradecido anímicamente? Estos nuevos reportajes son en positivo porque muestran que en otras partes del mundo estos problemas se están solucionando. En cualquier caso en todos los programas hay un elemento de denuncia fuerte.

Pero el trabajo es el mismo, aunque menos duro... Salir de realidades hostiles o de las cárceles… como reportero yo me tomo igual el trabajo: hay que documentar realidades. La responsabilidad y el interés que le ponemos es el mismo. Pero sí es verdad que se padece menos, porque no te encuentras a personas que están viendo violados sus derechos humanos o en situación de emergencia vital.

¿Qué reportaje le afecta personalmente? Toldos. Yo soy un español medio y me siento concernido por todos estos temas. Yo vivo de alquiler y pago una renta alta y me pregunto si cuando me jubile, que llevaré cuatenta y tantos años cotizados, tendré algún dinero con el que pueda vivir con cierta solvencia, tengo móvil y me controlan igual que a todos… Todos los temas son temas que nos afectan a todos.

Usted hizo la prueba en su propio cuerpo, ¿no es así? Estuve un mes sin tomar azúcares añadidos, porque descubrimos la cantidad de azúcares que tomamos sin darnos cuenta. En los tomates fritos, en el ketchup, en los helados, en las galletas, incluso las saladas… Ingerimos azúcar en exceso y eso es insalubre. He estado un mes sin tomar azúcar y perdí cuatro kilos. Sólo por no tomar azúcar.

Documentándome he sabido que no se llama Jalis... Es un clásico. Llevo muchos años firmando todos mis reportajes como Jalis, aunque me llamo Victoriano, por mi abuelo, que era matador de toros en los años 30 y 40, cuando tuvo mucha relevancia. Así que me pusieron así, aunque desde muy pequeño me empezaron a llamar Jalis. Sólo he podido usar lo de Victoriano cuando pasaban lista en la Universidad y ese tipo de cosas. 

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