El Ayuntamiento de Tarragona no se quiere quedar de brazos cruzados ante el hecho de que a los

conductores comenten habitualmente las mismas infracciones en los mismos puntos, de manera que el consistorio tarraconense intervendrá, sobre todo en los pasos cebra.

Esta es la filosofía del Plan de Tráfico que impulsará el Ayuntamiento, en paralelo con un futuro Pacto de Movilidad. Otras medidas que se están estudiando son una regularización de semáforos nuevos, con radares y cámaras fijas en la avenida de los Países Catalanes, y destinar un carril de la Rambla Vieja, donde

ahora muchos coches estacionan ilegalmente, como zona de carga y descarga.

Con la prioridad de poner las cosas fáciles a los peatones, por encima de los conductores,

el Plan de Tráfico busca la máxima seguridad de los peatones, y por otra parte, menos ruido y menos contaminación en una ciudad con más de 85.000 vehículos, 8.000 motocicletas y 6.000 ciclomotores, según datos facilitados por el Área de Movilidad.

El Ayuntamiento reconoce que esta tarea va a ser "costosa y pesada", según el teniente de alcalde de Seguridad Ciudadana, Movilidad y Licencias, Carles Castillo, el cual ha puntualizado que

"en un año no ha habido suficiente tiempo como para cambiar la filosofía que había en el Ayuntamiento", antes de la llegada del nuevo bipartiyo, PSC y ERC, al consistorio en sustitución de la coalición entre CiU y PP.

El teniente de alcalde ha puesto de ejemplo la situación del nuevo aparcamiento de Jaime I dentro de la muralla, cosa que ahora

impide que toda la Parte Alta se pueda cerrar y quede exclusivamente para el paso de peatones, o que otro aparcamiento, el de la Rambla Nueva, tenga entradas y salidas a la misma rambla, complicando el tráfico en esta arteria de la ciudad.

Nuevos pasos cebra, pasos de peatones elevados, bandas sonoras y semáforos, son las medidas que el Ayuntamiento tiene sobre la mesa, así como

impulsar aparcamientos para residentes y zonas verdes, siguiendo al modelo de Barcelona.

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