L'Hospitalet dio ayer un paso adelante más para convertirse en «una ciudad central», según la definió la alcaldesa, Núria Marín, con la puesta en marcha del proyecto de transformación y soterramiento de la Gran Via en su último tramo de dos kilómetros.
Se contempla la construcción de un gran parque de dos hectáreas, que conectará el barrio del Gornal con el río Llobregat (será el más grande de la ciudad) y se soterrará parcialmente la C-31, con nuevas plazas y diversos itinerarios de paseo para los peatones.
Una de las nuevas plazas unirá a pie los hospitales de Bellvitge y Duran i Reynals, que, además, potenciarán sus sinergias con el llamado BioPol L'H, que pretende atraer empresas privadas y públicas vinculadas a la investigación biomédica.
Toda esta remodelación obligará a reordenar los enlaces viarios de la Ronda Litoral y a urbanizar lo que ahora son terrenos industriales y agrarios. Las obras comenzarán, en principio, en 2010, pero el año que viene ya se trabajará en el soterramiento de las vías de Renfe, que separan el Gornal y Bellvitge. De momento, en plena crisis inmobiliaria, no se contempla hacer pisos.
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