Entre la retahíla incansable de vendedores ambulantes que transitan por las playas de Barcelona se esconde la venta de droga. Son casos puntuales pero la Policía ya ha detenido a camellos encubiertos este verano.

Actúan como vendedores de latas pero, a parte de repartir refrescos y cerveza, ofrecen hachís e incluso cocaína. "El año pasado había más", exponían a 20 minutos fuentes de los Mossos d'Esquadra y apuntaban que este verano no han recibido aún quejas ni denuncias de los bañistas por este motivo.

Pero ya hay casos. "Ofrecía drogas, tanto tiras de hachís como cocaína", explica Teresa Bautista, bañista barcelonesa que presenció cómo un vendedor ambulante de refrescos ofrecía droga a sus clientes en la playa de Sant Sebastià entre las 12.15h y las 14.00 h.

"Es vergonzoso. Ya no podemos estar tranquilos ni cuando nuestros hijos van a la playa donde se ofrece droga con tanta facilidad", añade Bautista, que no localizó a la policía para denunciarlo.

Oficina de denuncias

Los Mossos aclaran que patrullan de paisano y que existe una oficina de denuncias en la Barceloneta que está abierta a diario.

El problema para detener a los vendedores de droga reside en el hecho de que los Mossos sólo pueden intervenir si les pillan in fraganti. La Guardia Urbana es quien puede actuar directamente sobre la venta ambulante, actividad prohibida en Barcelona.

¿Policías o turistas?

La policía intensifica durante el verano las patrullas en los lugares públicos más concurridos por el turismo. "Para actuar contra el carterista no puedes ir uniformado", explicaban fuentes policiales a 20 minutos.

Por este motivo las patrullas se visten de paisano, incluso como si se tratara de un turista más. "Hurtar les sale a cuenta", añadían. Los robos sin violencia son penalizados únicamente con multas y, en caso que superen los 400 euros, con 24 horas en la cárcel.