El ‘txikiteo’ huye del centro de Bilbao porque ya no dan cosechero

  • Las barras de Abando e Indautxu sólo ofrecen crianza.
  • Arrinconan el ‘txikiteo’ en el Casco Viejo y los barrios.
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Los bares del centro de Bilbao ya no sirven vinos cosecheros. Han dejado de ofrecer el txikito de siempre, el vino de año, el popular. No quieren ofrecerlo. Lo toman por vulgar. Ahí, en su culo de vaso, tan joven y casi sin barrica. Siempre chato, de ronda y en barra. Muchos lo repiten sólo porque es barato.

Las barras de Abando e Indautxu se han barnizado. Se han vuelto más selectas, y desde hace un año, es excepción el bar que sirve cosecheros. Sólo pone vinos de crianza para arriba (reserva, gran reserva...).

La diferencia más nítida entre un cosechero y un crianza es el precio. Un cosechero puede salir por 90 céntimos, y un crianza... a saber. De 1,5 a 2 euros.

Jose Lejarraga, alias Petixo, lo sabe bien. Es un histórico txikitero de Bilbao y tiene comprobado «que hay cosecheros mucho mejores que crianzas».

En enología, lo que diferencia al cosechero y al crianza es que el primero sólo está lo imprescindible en barrica, y el segundo, hasta dos años. Esto redunda en el sabor del caldo, se entiende.

En el Bilbao de Gehry y Calatrava, en las calles donde pasean Brad Pitt y Angelina Jolie, el cosechero queda chusco. Y no da beneficios.

Como los galos de Asterix, el txikito se ha amurallado en el Casco Viejo de Bilbao. Es el último reducto del centro de la villa donde aún sirven cosechero. Allí la cuadrilla de Petixo sigue haciendo ronda a diario. Seis u ocho vinos cada tarde, y no hace falta llamarlo por su nombre. «Un tinto», pide el cliente, y el tasquero ya sobreentiende que se trata de cosechero.

Bueno, en los barrios el cosechero sigue firme. La Peña, Santutxu, Irala... La actualidad del vino joven no se discute en estas barras. Tampoco lo hacen las nuevas generaciones. Incluso un cosechero es ya selecto para una litrona.

El poteo ya es más fino

Hasta el poteo más popular es con vino cosechero. Es el que hoy día toman los txikiteros. Hace años, los bares servían vinos de la casa, apodados Viña Arcada por los habituales. Eso actualmente casi no existe. Los vinos así de malos sólo se usan para hacer kalimotxo.

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