«Lo vemos mucho en promotoras y constructoras», afirma el coordinador de la empresa de análisis Instituto Andaluz de Estudios Financieros, Ángel Yagüe. La suspensión de pagos por no poder afrontar las deudas casi ha multiplicado por cuatro las intervenciones judiciales de empresas (se llama proceso concursal, como el del Málaga C. F.).

En el primer semestre de este año, el juzgado de lo Mercantil de Málaga ha iniciado estos procedimientos en 34 compañías de la provincia. Durante los primeros seis meses de 2007, fueron nueve las empresas en esta situación.

Otros datos

En Andalucía, el crecimiento ha sido algo menor (de 41 en 2007 a 126 en 2008), mientras que en España estas intervenciones judiciales han pasado a ser un poco más del doble (de 483 a 1010), según los datos de la mayor aseguradora de crédito de España, Crédito y Caución (cubre los riesgos de impago entre empresas).

Las causas

Yagüe considera que las dificultades que ahora ponen bancos y cajas para conceder o ampliar los préstamos llevan a las empresas a no poder pagar. «Si una firma no puede satisfacer a su proveedor principal, éste tampoco lo hará con los suyos. Así, se encadenan».

Para Crédito y Caución el «ajuste del tejido empresarial» es el principal motivo que explica estos incrementos en los impagos, que también afectan a los salarios de los trabajadores.

Así funciona un proceso concursal

Un juez designa unos administradores concursales (tres personas) para gestionar la empresa, el aplazamiento de los pagos e incluso la venta de propiedades para afrontar las deudas.

Puede ser la propia compañía la que pida la intervención judicial o alguna persona o empresa a la que la intervenida deba dinero.

Si una firma en posición delicada no pide el concurso, puede ser acusada de administración desleal.

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