Arriaga realizó hace varios años un viaje aventurero a África y de allí extrajo las ideas, y sobre todo los sentimientos, para crear Therese..., un conjunto de esculturas que dan la bienvenida al visitante al islote, que le entorpecen el paso, que le apuntan y que se desangran, igual que Therese, una niña que murió en brazos de su madre y frente a la impotencia de este artista vizcaíno.

Ahora, estas 15 maderas de iroko, tratadas con fuego y esculpidas en 2006, tratan de alabar la nobleza entre la sangrante miseria de África. Nada más llegar a la isla, accesible a pie sólo en marea baja, el visitante encontrará un plano donde se detalla la localización de cada obra y una escueta explicación.

Todos los elementos utilizados en la exposición están realizados con materiales no contaminantes.

"Reflejan mis sentimientos"

José Pablo Arriaga partió en un velero hacia África desde Lekeitio. Por eso ha regresado a esta localidad con una exposición para la que ha invertido dos años en lograr los trámites y así poder colonizar la isla. Además, «la isla enaltece la obra». Pero más que una muestra bonita, Arriaga quiere que el visitante intente ver la historia que se esconde detrás de cada una de ellas.

* Isla de Garraitz. Hasta octubre. Gratis y a todas horas.

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