"¡Yo convierto el agua en combustible!"... y va el presidente indonesio y se lo cree

  • Ascenso y caída en barrena de un polémico inventor indonesio.
  • El escándalo salpica hasta al presidente del país, que le apoyó.
  • El culpable no es otro un bulo: el de la "energía azul".

El meteórico ascenso y la posterior caída en barrena de un polémico inventor indonesio que aseguró que podía convertir el agua en combustible y engatusó hasta al presidente, Susilo Bambang Yudhoyono, ha conmocionado al país, dividido entre la indignación y la carcajada.

Como un globo que se hincha demasiado rápido, el bulo de la "energía azul" -como se denomina esta presunta revolución científica- pasó en cuestión de días del total anonimato a copar las portadas de la prensa nacional, y meses después, a reventar en un sonoro fracaso, salpicando de controversia y suspicacias a sus protagonistas.

Es un regalo de Indonesia al mundo
La cuestión no deja a nadie indiferente y levanta pasiones en todos los estratos sociales de Indonesia, desde los puestos de comida ambulantes, donde se comentan animadamente las últimas novedades del culebrón pseudocientífico, hasta los consejos de ministros del gobierno.

En su estrepitosa caída, Joko Suprapto, la brillante estrella del panorama científico indonesio, está arrastrando, entre otros, a la prestigiosa universidad que le financió para desarrollar su proyecto y al propio presidente, Susilo Bambang Yudhoyono, que lo apoyó públicamente.

El presidente tildó en distintas ocasiones la presunta invención energética de "regalo de Indonesia al mundo" y de "triunfo del pueblo de Indonesia".

¿Cómo el presidente, que es un licenciado, puede ser fácilmente engañado por este bulo?
Recientemente, el periódico
"The Jakarta Post" solicitaba la opinión de sus lectores a este respecto en una sección habitual en la que sin cortapisas preguntaba: "¿Cómo el presidente, que es un licenciado, puede ser fácilmente engañado por este bulo?".

Esta trama tragicómica y con pinceladas de realismo mágico comenzó a enredarse a principios de 2007, cuando Suprapto, de 48 años, logró acercarse al círculo del presidente de Indonesia para presentar su idea, según él, inspirada en el Corán y fruto de seis años de investigación.

Suprapto se debate ahora en el ocaso de su fama, intentando recuperar la iniciativa a golpe de ruedas de prensa y otros actos públicos en los que pide confianza y asegura que se encuentra amenazado, pero ya todo su ruido parece en vano.
Mostrar comentarios

Códigos Descuento