Los comportamientos de la sociedad cambian, aunque sea poco a poco. En la provincia de Pontevedra los tradicionales roles asignados a la mujer parecen tener los días contados. Uno de ellos es el cuidado de la familia. Aunque ellas siguen siendo mayoría a la hora de atender estas tareas, aquí hay cada vez más chicos que se animan.

Así lo confirman los datos de la Seguridad Social, en los que se refleja que el número de hombres que dejó de trabajar para cuidar a su familia se disparó en 2007.

El pasado año, el 13% de los permisos solicitados para este fin fueron de varones, un porcentaje cinco veces superior al de 2006. En total, el pasado año fueron 25 los pontevedreses que dieron un parón a su vida laboral en favor de su familia. En 2006 fueron sólo cuatro.

Con este cambio de tendencia, la provincia se sitúa por encima de la media española. En el conjunto del país, los permisos los piden casi en su totalidad las mujeres (94,2%), mientras que sólo 5,8 de cada 100 fueron solicitados en el año 2007 por un varón.

Según los sindicatos estos datos reflejan un cambio de tendencia en nuestra sociedad. «Poco a poco hacemos todos de todo. Tanto hombres como mujeres debemos hacer nuestra parte en las tareas domésticas», explican. Sin embargo, reconocen que «la mujer sigue siendo la cuidadora principal de la casa».

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Las bajas son voluntarias

Tanto si es para el cuidado de hijos como de otros familiares, estas excedencias debe pedirlas siempre el trabajador. Si es un permiso por hijo, se concederá si el niño tiene menos de tres años y su duración variará según su edad. En caso de familiares, se justifica cuando por razones de edad, accidente o enfermedad esa persona no puede valerse por sí sola. Dura un año y se puede pedir tanto si el contrato es temporal como si se trata de una contratación indefinida.

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