El grupo Imperial Tobacco anunció ayer su plan de reestructuración e integración de Altadis que pasa en España por el cierre de la planta tabacalera de Alicante (sita en Las Atalayas), con 338 empleados, y el recorte de la plantilla en España en 830 de los 6.700 trabajadores que la conforman.

El motivo de cierre, según la empresa, se debe a la «situación de menor consumo de tabaco negro que se ha producido en los últimos años con el fin de mejorar las eficiencias y para ajustar las necesidades de producción».

La planta de Logroño absorberá la producción de tabaco negro de Alicante y se convertirá en la única del país. Imperial Tobacco prepara ayudas sociales para los trabajadores de Alicante «y se les ha ofrecido el traslado a Logroño o a otra ciudad europea y mantener sus puestos», según Manuel Ledesma, de CC OO.

La presidenta del comité de empresa de la fábrica que Altadis cerrará en Alicante, Encarna Riquelme, afirmó ayer que esta medida «es un mazazo» y refleja que la empresa ve a los 338 trabajadores «como a números».

Según Riquelme, el contenido del plan industrial prevé el cierre de la planta alicantina el 31 de diciembre de 2009 mediante la jubilación anticipada, bajas incentivadas o el traslado del personal a las factorías de cigarrillos de La Rioja o puros de Cantabria.

El cierre ha «sorprendido» a la plantilla porque la de Alicante es una fábrica «nueva», inaugurada en 2002 tras invertir 40 millones de euros, por lo que entendían que iba a ser «una apuesta de futuro».

Según la presidenta del comité de empresa, esta decisión es «la triste consecuencia» de la fusión de Altadis e Imperial Tobacco, la multinacional que ha decidido el cierre por la caída de las ventas.

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