Lesbianas, gays y transexuales, pero también hombres casados que llevan una doble vida y que contrajeron matrimonio contra su voluntad. Éstos son los madrileños que van al Servicio de Atención Social a Homosexuales y Transexuales de la Comunidad.

Esta oficina, situada en Gran Vía, 16, ha atendido desde que se puso en marcha, en 2006, a 16.000 personas a las que ha ofrecido asesoramiento jurídico, atención psicológica y social por haber sufrido rechazo en su entorno social y laboral, e incluso agresiones por su condición sexual.

Los ocho profesionales que trabajan en el servicio han visto cómo han aumentado las denuncias ante los juzgados de homosexuales y transexuales. Entre ellas destaca el caso de un trabajador que fue injuriado a causa de su homosexualidad y cuyo jefe alegó como causa de despido su bajo rendimiento en el puesto de trabajo.

Más lejos fueron los ejecutivos de una multinacional de distribución para enviar al paro a una de sus más brillantes directivas, a quien acosaron saturando su correo electrónico con mensajes vejatorios durante meses. Después airearon por los despachos escenas de su vida privada captadas por un detective que sus superiores habían contratado.

Los peor tratados, los transexuales

Y así hasta casi un centenar de personas que han acudido en los últimos cinco años por sufrir discriminación laboral. Cifra que se quintuplica en el caso de los transexuales y cuyo número se dispara si a su condición sexual se le suma la de ser inmigrante.

El 38% de los usuarios son mujeres y un 62%, hombres. De ellas, más de un tercio eran transexuales. Entre los usuarios hay varios que acuden todas las semanas desde Asturias y Extremadura a la sesión del psicólogo: cinco o seis horas de viaje en autobús cada viernes para recibir una hora de tratamiento.

La mayoría son hombres que se casaron por la presión de su entorno familiar y del lugar donde viven. Las consultas, además de en persona, pueden hacerse en el 900 720 569 de 09.00 a 21.00 h y en el 91 701 07 88 para concertar una cita.