El 46% de las escuelas catalanas tiene más de la mitad de sus docentes en una situación de provisionalidad porque son interinos, porque ocupan una plaza por comisión de servicios o su lugar de trabajo no es definitivo. Todo esto implica que deben cambiar de centro educativo en los dos años siguiente.

El grado de inestabilidad laboral en las escuelas catalanas es tal que sólo el 11% de los centros tiene toda la plantilla fija, según denunció ayer el propio conseller de Educació, Ernest Maragall, que justificó de esta manera la necesidad de una revisión del sistema de provisión de docentes previsto en el proyecto de Llei d'Educació de Catalunya. Maragall apostó por introducir instrumentos que aporten estabilidad a las plantillas de las escuelas. El conseller reveló, en este sentido, que sólo un 59,7% de los maestros y profesores lleva trabajando los últimos tres cursos en el mismo centro.

Con el objetivo de luchar contra este continuo «pelegrinaje» de profesores de una escuela a otra, el proyecto de de Llei d'Educació contempla la creación de un cuerpo propio de docentes de la Generalitat y nuevas fórmulas de contratación a través de concursos específicos para reclutar a docentes con un perfil profesional definido o, incluso, por libre designación del centro escolar.

El próximo curso habrá 6.740 nuevos profesores en las escuelas catalanas, que deberán conseguir su plaza en las oposiciones que se celebrarán a finales de este mes. Se trata de la segunda oferta de plazas públicas de docentes más importante convocada, por su número, de las últimas décadas en Catalunya, sólo superada por la del año pasado.