Uno en invierno, otro en primavera, el tercero en verano y el cuarto en otoño, como mínimo. Un total de 36.103 personas fueron contratadas cuatro o más veces a lo largo del año pasado en la provincia.

De ellas, casi 2.000 tuvieron las escandalosísima cantidad de 15 contratos o más. No es una anécdota, sino una característica del mercado laboral actual. Los datos que aporta CCOO muestran que desde 2003 -al menos- en torno al 10% de todos los contratados anualmente han firmado en cuatro o más ocasiones.

Entre 2003 y 2007 el número de contratados se ha incrementado un 7% (22.654 personas más), como consecuencia del crecimiento económico y el aumento del empleo, hasta alcanzar los 330.790 empleados (actualmente se hacen dos contratos por cada puesto de trabajo nuevo).

Sin embargo, las empresas han propagado el doble de rápido el número de afectados por la precariedad laboral que lo que han aumentado los empleos: el número de personas con más de cuatro contratos en un solo año ha crecido un 14% desde 2003 a 2007.

Estos números esconden fraudes en la contratación laboral, de forma que las compañías concatenan distintos contratos temporales en vez de generar puestos fijos (el despido es más caro en esos casos), denuncian los sindicatos.

El análisis de las causas y las consecuencias

El secretario provincial de CCOO, Antonio Herrera, señala que se aprovecha el periodo de prueba de los trabajadores eventuales para que el despido casi sea gratuito. Además, con el «fraude» de los contratos temporales se evita que los empleados lleguen a cobrar más por antigüedad.

CC OO critica esta situación. Indica que la explicación reside en la propia naturaleza del mercado laboral que son capaces de ofrecer las patas de la economía malagueña: construcción y el turismo. Por ello, este sindicato pide, une vez más, un cambio del modelo productivo: basarse más en el sector industrial y el tecnológico.

En la construcción, el fin de los contratos se liga al final de la obra. En el sector turístico, la afluencia de turistas y las campañas de ventas (rebajas, Navidad, etc.) precisan gran cantidad de empleados poco tiempo.

La temporalidad es uno de los factores que limita las posibilidades de los jóvenes de emanciparse. Los bancos suelen negar hipotecas a quienes carecen de una fuente de ingresos asegurada para un periodo largo.

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