El espíritu esquivo de Bob Dylan a
través de sus mejores entrevistas

  • Un libro, 'Dylan sobre Dylan', recoge algunas de las más famosas.
  • "Elusivo, oblicuo, voluble y siempre en movimiento", así le define.
  • "Cualquier cosa en la que valga la pena pensar merece ser cantada".
Chesterfield, vino y café. Escribiendo a máquina en su casa de Woodstock, en el estado de Nueva York. 1964
Chesterfield, vino y café. Escribiendo a máquina en su casa de Woodstock, en el estado de Nueva York. 1964
EFE
Chesterfield, vino y café. Escribiendo a máquina en su casa de Woodstock, en el estado de Nueva York. 1964

"Elusivo, oblicuo, voluble y siempre en movimiento", así define a Bob Dylan el escritor Jonathan Cott, que ha recopilado en un libro 31 entrevistas "memorables" realizadas al cantautor norteamericano durante casi cuarenta años.

Dylan sobre Dylan (Globalrhythm) pretende profundizar en uno de los personajes más complejos de la historia de la música, que, como recuerda Cott en la introducción del libro, "se ha resistido tanto en su vida como en su trabajo a ser categorizado, encapsulado, fijado, convencionalizado, canonizado y deificado".

Un artista escurridizo que ha proclamado que puede "entender la avaricia y la lujuria", pero no "los valores de la definición y el confinamiento". Dylan confirma su fama de esquivo en las entrevistas reunidas en este volumen, pero en ellas deja también algunas frases para enmarcar sobre su vida y su trabajo de intérprete y compositor.

"Cualquier cosa en la que valga la pena pensar merece ser cantada", afirmó en una entrevista en 1963, cuando contaba22 a'ños y acababa de iniciar su carrera como cantante.

Luego abandonó ese género a mediados de los sesenta, le llamaron Judas por ello y pasó los años respondiendo a preguntas sobre los motivos que le llevaron a cambiar su sonido.

"Me estaba empezando a aburrir"

"A mí me iba muy bien, sabes, cantando y tocando la guitarra. Iba sobre seguro. Y me estaba empezando a aburrir", confesó a Paul J. Robbins en 1965. En una de estas entrevistas, Robert Zimmerman desmiente que el origen de su nombre artístico se deba al poeta Dylan Thomas. "Me quedé con Dylan porque tengo un tío que se llama Dillon.

Cambié la grafía únicamente porque quedaba mejor. He leído algo de Dylan Thomas y no es como lo que yo hago", explicó al Chicago Daily News en 1965. Bob Dylan nunca aceptó el papel de guía espiritual que trataron de imponerle. "Esa posición la podría ocupar otro. Yo me dedico a la música, tío", le dijo a Jann S. Wenner en 1969.

"Sin esperanza en el futuro"

Cuatro años antes ya había tratado de zanjar el debate en una rueda de prensa: "No tengo ninguna esperanza en el futuro y sólo espero tener suficientes pares de botas para cambiarlas".

Eso no le ha impedido dejar máximas existenciales difíciles de descifrar, como la que dijo en 1978 a la revista Playboy: "Si tratas de ser cualquier otro que no seas tú, fracasarás. Si no eres leal a tu propio corazón, fracasarás. Aunque también no hay ningún éxito como el fracaso".

Aire surrealista y aire burlón

Dylan puede adoptar un surrealista tono burlón para responder a ciertas preguntas, como cuando Nat Hentoff le preguntó en 1966 qué hacía para pasarlo bien. "Contrato a gente para que me mire a los ojos. Luego, hago que me pateen el culo", respondió el músico. "¿Así lo pasas bien?", preguntó el entrevistador. "No. Me lo paso bien cuando les perdono", concluyó Dylan.

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