Al mal tiempo buena cara, aunque sí te cuesta dinero, la cosa cambia.

Los hosteleros llevan un mes y medio «en blanco», con las mesas y las sillas apiladas y cogiendo polvo porque a penas ha habido días para disfrutar de las terrazas.

«Normalmente a primeros de mayo ya están funcionando y este año las hemos montado dos días contados. Y la pones por poner, otra cosa es que se siente alguien», comenta la mayoría de los hosteleros consultados por 20minutos.es

Este año hay 617 terrazas repartidas por toda la ciudad, casi 20.000 sillas y 5.000 mesas.

Los bares tienen que pagar al Ayuntamiento por cada mesa con cuatro sillas, lo que se conoce como velador, una cuota que varía entre los 48 euros de una calle en un barrio y los 97 de una zona peatonal en el centro, según fuentes municipales.

Dos malos años

El año pasado ya notaron un bajón respecto a lo habitual y este, la cosa no pinta bien.

«El mes y medio que llevamos de retraso ya no se recupera, las cañas que no se han tomado ya no se van a consumir», ironizan.

De hecho, 47 establecimientos han reducido el número de mesas respecto a 2007 y sólo 10 han decidido aumentarlas.

No obstante, y aunque varía bastante según las zonas, los hosteleros llegan a amortizar el servicio que prestan a sus clientes, ya que tomarse un refresco o una caña en la terraza se paga de media 30 céntimos más caro que en la barra.

De los diez céntimos que aumentan el precio en bares de La Victoria, sea cual sea la consumición, a los 65 céntimos que suben por una caña en la Plaza Mayor.

Si se calcula que cada bar paga de media 72 euros por mesa y que suben, también de media, 30 céntimos, con servir 240 bebidas a lo largo de la temporada, cuanto menos, cubrirían gastos.

La tarea de inspección es constante y, según los datos de los últimos años, se multan a 53 establecimientos por entorpecer el paso de peatones o por tener más sillas de la cuenta.

«Aquí tenemos la terraza en la calle desde febrero, pero, salvo cuatro extranjeros, poca clientela. Este año, hasta ahora, no hemos empezado a tener movimiento y los meses perdidos ya no se recuperan. Esperemos que se alargue el verano y podamos tener la terraza abierta hasta después de ferias, allá para octubre».

«A nosotros nos funciona la terraza sobre todo por la tarde-noche. Subimos poco el precio, así que lo notaremos bastante. El año pasado ya fue bastante malo, pero en mayo estábamos funcionando. Este año, en cambio, acabamos de sacar las mesas a la calle. Aguantaremos con la terraza hasta que ya no se pueda más de frío».

«Este año la hemos sacado, casi por sacar, ya que pagamos... Por cierto, no es justo que se cobre casi lo mismo a un bar del centro que a los que estamos en los barrios. De hecho, mira sus precios y mira los nuestros, a ver si son los mismos. Para amortizar una mesa de la terraza, tengo que poner muchas más consumiciones, o no te parece».

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