Añadió que el suceso ocurrió el pasado lunes, cuando una de las paredes del aprisco situado en la casa de los Ardachos, en el paraje de El Ardal, cedió como consecuencia de la lluvia provocando la muerte de unas 70 ovejas, algunas de ellas por aplastamiento y otras por asfixia.

El propietario del ganado, que tiene arrendado el corral, se encontró el martes por la mañana con las ovejas fallecidas y dio aviso inmediatamente a los servicios sanitarios, tras lo que un veterinario de la consejería de Agricultura y Agua se desplazó al lugar y levantó acta de lo ocurrido.

Una empresa de transporte especializado se ha encargado hoy del traslado de los animales fallecidos que serán enterrados en cal viva para evitar infecciones sanitarias entre la población.